jueves, 30 de abril de 2009
Éxito empresarial: ingredientes, pero no fórmulas
Hay mucha literatura acerca del éxito empresarial. Pero éste carece de recetas o fórmulas mágicas. Sí que cuenta con ingredientes que abundan en los casos de triunfo, mezclados en unas determinadas proporciones --ahí está uno de los secretos--. Muchos de ellos los puedes encontrar en mis libros Sucedió en Wall Street 1 y Sucedió en Wall Street 2. Tras mucho analizar se puede concluir que no hay patrones que seguir --su propia existencia los haría ineficaces porque todo el mundo trataría de aplicarlos y dejarían de ser únicos--. En fin, en el fondo, no hay más que sentido común, capacitación y, como dicen algunos tocados por el éxito, cierta tendencia a la ensoñación, pero sin dejar de tener los pies en el suelo. Y otra cosa: saber remontar tras un error o fracaso. La perserverancia es imprescindible. He aquí algunos de los ingredientes, pero tened en cuenta que no son los únicos y que, además, cada caso de éxito se puede considerar un mundo en sí mismo, ya que se beneficia de circunstancias, entornos, contextos y cierta combinación de ingredientes que lo hacen único. Suerte en la búsqueda.
viernes, 24 de abril de 2009
Algo hay que hacer con el paro
¿Hasta qué nivel de paro habrá que esperar para que no solo el Gobierno, sino el conjunto de los partidos se decidan a hacer algo? Una vez superado el listón de los cuatro millones y una tasa de desempleo del 17%, pienso que es la hora de actuar. ¿Es una huelga general la herramienta, como propugna algún sindicato? Tal vez si ha de servir para despertar conciencias...Pero pienso que lo ideal sería que el tema adquiriera dimensión de cuestión de Estado y que todas la fuerzas políticas se sumaran a la busca de soluciones para que estas no pudieran utulizarse como arma arrojadiza. El modelo que hemos tenido hasta ahora, basado en la temporalidad, no ha proporcionado ni estabilidad ni mejora real del poder adquisitivo de los trabajadores de ni de la productividad. Es evidente que hay que cambiarlo ¿No será que la solución viene por la vía de unos contratos más estables, que supondrían una mayor implicación del trabajador y, por tanto, seguramente un incremento del rendimiento? La contrapartida, como algunos expertos apuntan, deberían ser unos costes algo inferiores, pero sin que despedir fuera gratis o totalmente libre. Lo que está claro es que basarlo todo en los contratos temporales --lo más cercano al despido libre-- nos lleva a donde estamos hoy que, si no me equivoco, es precisamente donde no deseábamos estar.
miércoles, 22 de abril de 2009
Crisis con L, con U, con V...
Vaya. Ahora es el Fondo Monetario Internacional (FMI), que fue incapaz en su día de prever la crisis, el que nos vaticina que esta será larga e intensa y que la remontada puede ser débil, con un elevado coste, que ya cifra en más de cuatro billones de dólares . El debate es ahora cuándo se saldrá de ella. En el fondo, es ver si estamos en una L, es decir caída y estancamiento o vamos hacia una U o V--caída y recuperación--. Los pronósticos son lo que son y sirven para lo que sirven. De eso no hay duda. Pero no hay que rechazar ninguna tesis cuando nos movemos en un terreno desconocido como el actual y evitar que las engañosas reanimaciones de la bolsa o de otros indicadores nos hagan ser demasiado optimistas. Esto es tan inapropiado como el exceso de pesimismo. Estemos en el punto que estemos, y nos encaminemos hacia la L, la V o el símbolo de Nike --caída y recuperación paulatina--, la economía española en especial debe acometer las tareas pendientes. Y estas son la mejora de la productividad y la eficiencia, la única fórmula --vía cambios en la educación, en la mejora de la investigación y el desarrollo-- para que la crisis sea una oportunidad, para salir de ella reforzados, y no una etapa de soluciones de emergencia, para salir del paso y luego llegar a la nueva etapa con las mismas debilidades y defectos que ahora han acusado nuestra debilidad.
domingo, 19 de abril de 2009
Entre el apocalipsis y el paraíso
Lo decía el otro día: Hay quienes ven noticias positivas en medio de los nubarrones de la crisis, empezando por el presidente de EEUU, Barack Obama, y sus rayos de esperanza. Otros, como el catedrático Santiago Niño, advierten de que lo peor está aún por llegar y, por tanto, nos situarían más encaminados hacia el apocalipsis que hacia el paraíso ¿Quién tiene razón? Seguramente que, al 100%, nadie. Pero, lo cierto es que no parece que los datos permitan lanzar las campanas al vuelo. A lo sumo, parece como si la caída se ralentizara, pero eso ya sucedió un año y pico antes de que comenzara la Gran Depresión en los años 30, como recuerda el actual premio Nobel de Economía, Paul Krugman. Seguramente estamos en una especie de encrucijada que nos puede llevar hacia una ligera mejoría, pero también hacia un desplome mayor, como sucede con los enfermos de cáncer. El tiempo pondrá las cosas en su sitio. Lo que es casi incontestable es que ni estamos llegando al final de la crisis ni, seguramente, en la antesala de la peor depresión de todos los tiempos. La realidad, en este caso futura, acostumbra siempre a estar en el medio. Esperemos que así sea.
martes, 14 de abril de 2009
¿Está lo peor aún por llegar?
A tenor de las últimas informaciones procedentes de organismos internacionales parece como si se empezara a detectar algún síntoma de mejora en la economía ¿Será tal vez porque las comparaciones son con respecto a un año que ya fue desastroso? ¿Será porque desde las instancias internacionales se trata de insuflar optimismo? ¿Será porque las bolsas llevan semanas de evolución positiva? Lo cierto es que las cosas no han cambiado mucho: Seguimos igual de endeudados y se sigue vendiendo menos de lo que se produce. Eso no ha variado. Es un mal estructural. Y expertos como el catedrático Santiago Niño Becerrra, que ya anticipó la actual crisis, vaticinan que los tiempos difíciles durarán más. En resumen, que lo peor está por llegar y que el paro se disparará hasta niveles casi insostenibles. En este escenario oscuro y repleto de pesimismo --ninguna crisis profunda se ha superado en menos de una década, recuerda Niño-- solo una espectacular mejora de la productividad y de la eficiencia destacan como notas positivas: Hará falta menos energía para producir, se contaminará menos...pero ¿qué sucederá con el empleo excedente, con los miles de puestos de trabajo innecesarios? Seguro que surgirán nuevas oportunidaes de negocio, nuevas formas de empleo que ahora ni siquierea inaginamos, pero, lo que es cierto es que nos esperan tiempos difíciles, un proceso doloroso de adaptación. En todo caso, no hay por qué ser pesimistas incurables pero tampoco hiperoptimistas e ilusos. La verdad seguro que está jsto en el medio.
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