lunes, 2 de febrero de 2009
Dar brillo al sol
España puede jactarse de ser líder en pocos ámbitos económicos. Uno de ellos es el de las energías renovables, como la solar. Pero se trata de una industria que está completamente paralizada por un cambio de normativa que entró en vigor en octubre pasado. Era evidente que había que atacar la especulación que se instaló en este sector, pero la medida parece haber sido, hasta ahora, contraproducente y ha generado un parón de actividad. Isofotón, la primera productora española, prepara un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal de 90 días que afectará casi al 100% de su plantilla. El objetivo es ajustar la oferta a la demanda. Esta medida no es más que un ejemplo de los efectos que han producido una combinación de cambio de regulación y especulación desatada. El año pasado se produjo una auténtica avalancha de proyectos que aportaron casi 2.000 MW de potencia instalada nueva al mercado español, cuatro veces por encima de la cadencia habitual de los últimos años. Ahora, una vez que se depure el posible fraude de aquellos que con proyectos "fantasma" pretendían acogerse al anterior régimen de primas por la generación eléctrica con energía solar --más elevado que el actual--, el Gobierno debe hacer lo que esté en su mano por devolver la actividad a uno de los sectores que tienen más proyección de futuro y que pueden contribuir a paliar los efectos de la crisis. El actual presidente de EEUU, Barack Obama, ha hecho una fuerte apuesta por las energías renovables. Las empresas españolas tienen una gran presencia en ese mercado y pueden incrementarla, pero también hace falta que se rompa la paralización del mercado doméstico. Y eso se producirá no solo si los bancos facilitan el crédito a un sector en el que todavía existen muchas posibilidades de desarrollo, en especial mediante las instalaciones solares en tejados y cubiertas, sino si el Gobierno acelera las medidas legislativas pendientes que han frenado su crecimiento.
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