viernes, 20 de febrero de 2009
Bancos: El desespero
Desespero, frustración, impotencia... El catálogo de adjetivos se agota cuando se trata de describir la relación actual entre los empresarios y los bancos en la crisis actual. Sí, sí, esas entidades que, hasta hace relativamete poco tiempo, prestaban el dinero sin apenas condiciones. Ahora, afectadas por unos excesos de los que son en buena parte responsables, no tienen más remedio que guardar bajo llave todo euro que entra en sus cajas y no digamos los que ya tenían. Eso se traduce en muy poco crédito, escaso, casi nulo. Y así se están ahogando las empresas. El crédito es como el aire. Si no hay o si el existente está contaminado... mala cosa. El desasosiego empresarial es tal que ya hay patronales que recomiendan a sus afiliados que retiren los fondos de los bancos que les niegan renovaciones de pólizas. Es la única medida de fuerza que se les ocurre. Antes eso que ponerse un pasamontañas y atracar entidades, como ya ha hecho alguno. Pero, como decíamos, la situación es dramática para muchos. No estoy diciendo que se salve a quienes no lo merecen sino que quienes han hecho los deberes y están saneados tengan al menos una oportunidad de salvarse. El banco que entienda eso se ganará el cielo en forma de beneficios futuros. Y el Gobierno debe entenderlo también y presionar a las entidades para que, aun con cautela, faciliten el funcionamiento del sistema empresarial o debe también multiplicar los instrumentos de financiación para empresas. De lo contrario nos vamos todos a pique, tanto los que están en mala situación y que, también en una etapa de bonanza sufrirían, como aquellos que no cometieron excesos y tienen saneadas sus cuentas.
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