En tiempos convulsos como los que corren es preciso buscar alternativas para la inversión. Y una de ellas es la energía, pero no la tradicional, sino las alternativas. Pero, coomo sucede con todos los sectores emergentes, los precios alcanzados por estas compañías huelen en muchos casos algo a burbuja. No es que se puedan comparar con la construcción, pero sí que hay mucho de suflé mucho aire entre el precio actual y el que tendrían que tener. Por lo tanto, ojito porque no es oro todo lo que, en apariencia, reluce. Pero cuando infinidad de compañías, incluida la todopoderosa Google, se han volcado en investigar, invertir y apostar por las fuentes alternativas al petróleo, desde la eólica hasta el hidrógeno, es que algo hay. Lo que pasa es que muchas de ellas están en sus inicios. Por ejemplo, la solar fotovoltaica: Para generar un megavatio de esta energía se precisan hasta tres hectáreas de terreno, cuando con un único aerogenerador se puede alcanzar una potencia de más del triple. Hay que estar atentos a las posiblidades de cada energía. Peo, en todo caso, aunque seguramente la acciones de muchas de estas compañís protagonizarán algún nuevo susto en los mercados --es ley de vida bursátil, las modas generan euforias y estas povocan posteriores depresiones-- estamos ante un sector con un gran futuro. Hay que seguir este tipo de compañías y hacer apuestas tras haberles hecho un seguimiento serio para distinguir,como en todos los sectores, el grano de la paja. Y seguro que hay mucha paja, pero también grano. Suerte.
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