miércoles, 28 de noviembre de 2007

Villancicos de consumo

Qué enternecedor. Uno entra en unos grandes almacenes y suenan los villacincos en pleno otoño. Se nos ablanda el corazón y, envidetemente, también la cartera --eso es lo que persiguen las cadenas comerciales--. Para algunos se trata de hacer el agosto en pleno noviembre: las angulas a 1.300 el kilo. Y no son las únicas. El consumismo acabará haciendo que comencemos a conmemorar en enero las vacaciones de verano y así los bañadores podrán venderse a precio de oro. No hay problema. Las ansias compradoras carecen de límites. La cartera, a golpe de villancico, se ablanda para alegría de los establecimientos de todo tipo. Ya llegará enero y su tradicional cuesta, o ¿es que nos pondrán música tropical para que comencemos a ensayar con nuestro dinero pensando en los meses de verano?