viernes, 26 de diciembre de 2014

Cero interés

Pues muy bien. Tras bajar el Estado al 1% el interés al que presta el dinero a las autonomías sujetas al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) desde octubre pasado, ahora lo ha bajado al 0%. Perfecto. Desde luego mejor es ninguna carga financiera que tener que pagar una, por bajo que sea el interés. Pero ¿por qué se produce esta situación? Supondrá, por supuesto, un ahorro con respecto a la asfixia autonómica actual, pero no olvidemos que el origen de todo, aunque es verdad que también ha habido despilfarro e imitación compulsiva de la elefantiasis de la Administración central, nace de la infrafinanciación de comunidades como Catalunya, Madrid, Valencia o Baleares. En resumen, que aportan mucho más de lo que reciben. Y eso hay que corregirlo. En cualquier circunstancia de la vida normal se haría. Está bien ayudar, pero no llegar incluso a empobrecerse para que el otro mejore. Desde luego no deja de sorprender que el dinero con el que el Estado financia las escaseces de estas autonomías se convierta en préstamos con interés. Lo que hace, en el fondo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es darles a los territorios unos recursos que en buena parte les corresponden, pero como acreedor y en forma de crédito. Como un banco. Chocante. Traten de explicárselo a cualquier analista anglosajón (muy pragmáticos ellos) o a cualquier persona con un poco de sentido común. Entiendo que la condonación de intereses decidida por el Gobierno del PP viene a ser el reconocimiento de una anomalía, pero a medias, con la boca muy pequeña, porque los recursos tendrán que devolverse y no se atisba una solución estable ¿No sería mejor haber acordado de una vez un modelo de financiación más suficiente para las autonomías, con un grado de solidaridad, pero dentro de la lógica y con una mayor vinculación entre lo que se aporta y lo que se recibe, señor Montoro? La solución, como siempre, un parche para salir del paso y vender ante Bruselas el cumplimiento del déficit, pero sin estabilidad y con mucho control y dominio de las comunidades por parte del Estado, convertidas prácticamente en entes administrativos sin capacidad de decisión ni autonomía financiera. Llaménme malpensado, pero a lo mejor es eso lo que busca el Gobierno de Mariano Rajoy. Ah! sí, y cero interés.

lunes, 15 de diciembre de 2014

El I+D y los casinos

Lo que iba a ser el gran proyecto Barcelona World no se lo que será, pero lo que sí tengo claro es que, como catalán, como ciudadano, acabaré formando parte del mismo, directa o indirectamente, sin que nadie me haya consultado ¿A santo de qué ley metafísica o económica tiene la Generalitat que participar de forma tan activa en la gestión de este suflé, más lleno de aire que de contenido? ¿Para tapar el fracaso? ¿Para endulzar un fiasco? Ponga o no ponga dinero, lo que sí aportará la Administración catalana es tiempo y recursos humanos públicos (de todos) para gestionar algo que, si acaba prosperando, será un negocio privado ¿O acaso los que participan en el mismo redistribuirán los beneficios que obtengan entre el conjunto de los ciudadanos? Hable con el empresario o industrial que hable me dice que no entiende lo que está haciendo la Generalitat y el Govern de Artur Mas, ese que se jactaba de potenciar y apoyar a la economía productiva y del conocimiento ¿Acaso forman parte los casinos de ese modelo, de esa estrategia? ¿Qué tiene que ver un proyecto que desde el inicio aparentaba ser un castillo de naipes con potenciar el I+D y un modelo de crecimiento económico sostenible y de valor añadido? No lo entiendo. Y menos en un gobierno que dice carecer de recursos para pagar a tiempo a los proveedores o para invertir más en el estado del bienestar. No aprenden: Abrazan al primer especulador que vende fórmulas mágicas y endebles alternativas a otro fiasco: el de Eurovegas en Madrid, con las que dárselas de más inteligentes. Así se creyeron más listos que los adversarios políticos del PP. Pues mire usted, no. Al final resulta que hay que tener proyecto, un modelo, una estrategia y apostar por ella para obtener réditos solventes. Lo demás es depender del azar. Son las cosas del juego y de hacer leyes a medida de sus promotores.