martes, 24 de febrero de 2009

Lo primero, acabar con el paro

La palabra tabú es sobreproducción. Pero eso es lo que sucede. Las fábricas van al ralentí porque apenas se vende. Tienen instalaciones preparadas para unos niveles de ventas que tardarán tiempo en volver. El mercado doméstico está paralizado y el exterior, también ¿Solución? ¿Lo solventarían ayudas públicas? ¿De qué serviría aportar fondos públicos a unas industrias que no producen porque no venden? En todo caso, el apoyo debe repartirse con los compradores, es decir, aquellos que tienen que consumir. Pero existe otro problema: el desempleo. Si la gente no tiene trabajo o teme perderlo, ajusta sus gastos por más que se les estimule a comprar. El paro es, pues, el principal problema. Y no es es fácil de solventar si no es con nuevos sectores y actividades porque muchas de las antiguas están obsoletas. Y para eso hace falta dinero y que los bancos faciliten la inversión. ¡Casi nada cuando no se fían ni de los clientes ni los unos de los otros! ¡Un auténtico reto pero que el Gobierno debe conseguir presionando y advirtiendo a las enitidades! Hay que romper el círculo vicioso a partir de la creación de empleo. Con trabajo se obtiene salario y, por tanto, dinero para vivir y comprar. Por tanto, hay que ponerse manos a la obra, vigilar que las industrias que actúan como motores porque tienen muchos proveedores no se vayan a pique y estimular el nacimiento de nuevas actividades. Es una tarea compleja, a veces oscura y con escaso brillo a corto plazo de cara a la galería pero que que hay que acometer.

viernes, 20 de febrero de 2009

Bancos: El desespero

Desespero, frustración, impotencia... El catálogo de adjetivos se agota cuando se trata de describir la relación actual entre los empresarios y los bancos en la crisis actual. Sí, sí, esas entidades que, hasta hace relativamete poco tiempo, prestaban el dinero sin apenas condiciones. Ahora, afectadas por unos excesos de los que son en buena parte responsables, no tienen más remedio que guardar bajo llave todo euro que entra en sus cajas y no digamos los que ya tenían. Eso se traduce en muy poco crédito, escaso, casi nulo. Y así se están ahogando las empresas. El crédito es como el aire. Si no hay o si el existente está contaminado... mala cosa. El desasosiego empresarial es tal que ya hay patronales que recomiendan a sus afiliados que retiren los fondos de los bancos que les niegan renovaciones de pólizas. Es la única medida de fuerza que se les ocurre. Antes eso que ponerse un pasamontañas y atracar entidades, como ya ha hecho alguno. Pero, como decíamos, la situación es dramática para muchos. No estoy diciendo que se salve a quienes no lo merecen sino que quienes han hecho los deberes y están saneados tengan al menos una oportunidad de salvarse. El banco que entienda eso se ganará el cielo en forma de beneficios futuros. Y el Gobierno debe entenderlo también y presionar a las entidades para que, aun con cautela, faciliten el funcionamiento del sistema empresarial o debe también multiplicar los instrumentos de financiación para empresas. De lo contrario nos vamos todos a pique, tanto los que están en mala situación y que, también en una etapa de bonanza sufrirían, como aquellos que no cometieron excesos y tienen saneadas sus cuentas.

martes, 17 de febrero de 2009

Familia, negocio y crisis

Al margen de consideraciones como la emotividad y los líos entre parientes, la empresa familiar puede verse hoy como un antídoto contra la crisis. En situaciones como la actual, el vínculo de sangre, igual que puede destruir negocios por celos y rencillas, puede servir también para estrechar lazos, incrementar el sentimiento de pertenencia y ser vir como herramienta para superar el bache. Os presento mi último libro: Secretos de familia. Aunque las peleas y disputas, que acaban incluso con la desaparición de empresas se coniverten muchas veces en el erróneo sello distintivo de este tipo de compañias, la verdad es que muchas logran sobrevivir y sortear las múltiples trabas que se encuentran en el camino. Una de ellas, la transición de una generación a otra, es tal vez la más compleja. Por eso hay que dedicarle tiempo y planificarla. A pesar de los múltiplos ejemplos existentes de batallas de poder --en el libro encontrarés varias, desde la trágica historia del clan Gucci hasta la dura batalla entre dos hermanos por el control de la marca de chucherías Churruca--, el vínculo familiar sirve muchas veces precisamente como tabla de salvación, especialmente si quienes heredan el negocio no lo ven como una especie de renta o premio del que pueden disponer para vivir sin dar golpe o trabajando lo mínimo, sino que lo asumen como propio, aunque tengan que cambiar la naturaleza de la actividad originaria o diversificarla. Es verdad que hay muchos herederos con las primeras características, pero, por fortuna, hasta ahora los segundos les han superado. Porque, no lo olvidemos, negocios familiares son el bar y la mercería de la esquina pero también la cadena Zara, Ikea o el Grupo Acciona.

domingo, 15 de febrero de 2009

Nucleares, ¿sí o no?

¿Sí o no ? Vuelve el dilema. A medida que crece la presión del lobby nuclear renacen las dudas sobre la idoneidad de esta fuente energética. Enseguida vienen a la memoria desastres como el de Chernóbyl o despropósitos como la oculatación de información por las fugas de partículas en Ascó. Pero es preciso retomar el debate, con todas las ventajas e incovenientes y sabiendo que las centrales nucleares requieren ingentes inversiones iniciales ¿Está la economia para eso? Lo cierto es que varios países vuelven su interés hacia una fuente energética que consideran limpia y que reduce la necesidad de abastecimiento por parte de terceros. Y España no puede eludir esa discusión. Y menos con un país vecino como Francia, que cuenta con 59 centrales de este tipo --más otras dos en proyecto-- que, en parte nos abastecen de energía. Lo que parece más lógico es alargar la vida de las existentes, siempre que sus medidas de seguridad sean las adecuadas --eso tiene que analizarlo con detenimiento el Consejo de Seguridad Nuclear--. Hay que tener en cuenta que proporcionan en torno a la quinta parte de la energía total. Y mientras se hace eso, hay que potenciar aún más las energías renovables, siendo conscientes de que siempe serán necesarias energías más estables para cubrir los periodos sin viento, sin sol o con escasez de agua. Esas pueden ser las nucleares o los ciclos combinados (a gas). En España parecía que la apuesta era clara por el gas. La presión del entorno puede llevar a que el papel sea compartido con las nucleares. El Gobierno tendrá que dejar clara su postura. y, por ahora, no lo ha hace porque el programa electoral del PSOE es bastante antinuclear. Pero, en un momento u otro, tendrá que coger el toro por los cuernos y decir clarmanete si nuclear sí o no.

sábado, 7 de febrero de 2009

Proteccionismo no equivale a salvación

Sé que es una tentación difícil de resistir para los políticos, ávidos por demostrar que tratan de salvar las economías de sus países. Y más aún para los trabajadores que se encuentran en paro o para qeullos que tienen empleo pero que ven que se acerca el espectro del desempleo. En épocas de crisis, lo fácil es apelar a las barreras, al proteccionismo y al nacionalismo económico. Lo sencillo es reclamar la imposición de fronteras y hacer un llamamiento a la defensa de los productos elaborados en el propio país y a generar los empleos en la propia casa. Es una receta rápida, con efectos a muy corto plazo, pero es una mera cura paliativa que no solventa el problema ¿Nos iba mucho mejor cuando todo funcionaba así, cuando había autarquía? Y ¿vivían mucho mejor los países más pobres cuando era más difícil exportar? Es cierto que la globalización no ha distribuido la riqueza de forma equitativa. Es cierto que el comercio mundial ha generado más prosperidad para unos que para otros. Pero sin esta apertura global de fronteras algunos países que han tenido oportunidades no las hubieran tenido. El comercio provoca especialización. Unos países hacen mejor unas cosas que otras. Es cierto que también hay más competencia y que, por tanto, hay que esforzarse más para no perder mercado, pero, en el fondo, se experimenta un crecimiento general. El presidente de EEUU, Barack Obama, como líder de la primera economía mundial, debe dar ejemplo y evitar cualquier tentación al estilo Buy American --Compre productos y servicios americanos--. Sería una buena muestra de ese multilateralismo que pretende aplicar. Lo contrario no serviría más que para desandar un camino hacia una mayor y mejor prosperidad que se inició hace unos años. Lo que hay que hacer, en todo caso, es repartir mejor la prosperidad, pero no poner trabas y barreras que, al final, acaban perjudicando a los países más pobres, lo más débiles. De hecho, la globalización no es la culpable, sino el uso que se hace de ella. Con la imposición de más fronteras no se mejora la situación económica y, menos aún, se acaba con los riesgos del odio a los países ricos que puede acabar degenerando en terrorismo. En momentos como los actuales, los políticos no deben ser solo listos e inteligentes, sino también responsables y valientes.

lunes, 2 de febrero de 2009

Dar brillo al sol

España puede jactarse de ser líder en pocos ámbitos económicos. Uno de ellos es el de las energías renovables, como la solar. Pero se trata de una industria que está completamente paralizada por un cambio de normativa que entró en vigor en octubre pasado. Era evidente que había que atacar la especulación que se instaló en este sector, pero la medida parece haber sido, hasta ahora, contraproducente y ha generado un parón de actividad. Isofotón, la primera productora española, prepara un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal de 90 días que afectará casi al 100% de su plantilla. El objetivo es ajustar la oferta a la demanda. Esta medida no es más que un ejemplo de los efectos que han producido una combinación de cambio de regulación y especulación desatada. El año pasado se produjo una auténtica avalancha de proyectos que aportaron casi 2.000 MW de potencia instalada nueva al mercado español, cuatro veces por encima de la cadencia habitual de los últimos años. Ahora, una vez que se depure el posible fraude de aquellos que con proyectos "fantasma" pretendían acogerse al anterior régimen de primas por la generación eléctrica con energía solar --más elevado que el actual--, el Gobierno debe hacer lo que esté en su mano por devolver la actividad a uno de los sectores que tienen más proyección de futuro y que pueden contribuir a paliar los efectos de la crisis. El actual presidente de EEUU, Barack Obama, ha hecho una fuerte apuesta por las energías renovables. Las empresas españolas tienen una gran presencia en ese mercado y pueden incrementarla, pero también hace falta que se rompa la paralización del mercado doméstico. Y eso se producirá no solo si los bancos facilitan el crédito a un sector en el que todavía existen muchas posibilidades de desarrollo, en especial mediante las instalaciones solares en tejados y cubiertas, sino si el Gobierno acelera las medidas legislativas pendientes que han frenado su crecimiento.