lunes, 28 de marzo de 2011

El doble filo de la deducción fiscal

Las ventajas fiscales se suelen utilizar para estimular la actividad, para apoyar sectores estratégicos de la economía. Pero eso tiene un doble efecto: Uno --el que en principio se persigue-- es que debería permitir la creación de empleo. El otro es que la empresa se ahorra impuestos o recibe incluso devoluciones a costa del bolsillo del resto de contribuyentes, pero no siempre los reinvierte en la economía --que, en principio, es otro de los objetivos--. Y los rendimientos fiscales suelen ser mayores o mejores o más favorables en función de la capacidad de incidencia o de presión de la compañía. Cuanto mayor es, más capacidad tiene de obtener buenos resultados por la vía de la presión o lobby. Es el caso de General Electric en EEUU. El año pasado ganó 14.200 millones de dólares, de los que casi un tercio provinieron de EEUU ¿Impuestos? Ni un céntimo. Al contrario, ingresó más de 3.000 millones de dólares en ventajas tributarias. Bien y ¿cuál es el rendimiento que ha sacado EEUU de todo ello? Pues poco. Desde el 2002, la compañía ha reducido su plantilla en una quinta parte en el país mientras que la ha incrementado en el exterior y ha pasado de acumular en ese periodo unos beneficios de 15.000 millones de dólares en el exterior a alcanzar los 92.000 millones. Y dirán. Bien no crea empleo en EEUU, pero sí en otros países. Sí, pero son puestos de trabajo que están a expensas de que la legislación tributaria sea una u otra. Por lo tanto, son tan seguros como la meteorología. Y un dato, el principal ejecutivo de General Electric, Jeffrey R. Immelt, es el el presidente del consejo presidencial de Barack Obama para el empleo y la competitividad. Solo es un dato.

viernes, 25 de marzo de 2011

Crisis y cumbres

Siete partidos políticos, tres patronales, dos sindicatos, todo el gobierno de la Generalitat de Catalunya, con el president Artur Mas en cabeza y el consejo de expertos económicos que este designó y que integran el CAREC se reúnen para hallar soluciones contra la crisis. De entrada, parece difícil que puedan ponerse de acuerdo. Ni siquiera que puedan hacer de la reunión un instrumento operativo. Lo cierto es que el documento de base elaborado por los expertos parece haber sido utilizado como globo sonda: copago, contrato laboral único con indemnización baja... Son estas algunas de las propuestas que contiene y de las que Artur Mas ya se ha empezado a desmarcar en aras a alcanzar un acuerdo básico de mínimos. Muchos de los sabios del CAREC temían convertirse en una especie de saco de arena en el que se propinen las patadas que el Govern no quiere recibir directamente (Ya saben: "No es idea mía sino de los expertos. Estos expertos ya se sabe cómo son"). En cualquier caso, la propia existencia de la cumbre puede resultar positiva siempre que se utilice para alcanzar un mínimo consenso al margen de intereses partidistas. Lo que espero es que no concluya convocando otra reunión multitudinaria, porque eso significaría entrar en una temida y peligrosa etapa de la parálisis por el análisis. Aunque es bueno y tranquilizador tener compañeros de viaje y repartir responsabilidades, tarde o temprano quien gobierna es quien tiene que tomar las decisiones.

jueves, 17 de marzo de 2011

Nucleares, pánico y oportunismo

¿Se tiene que debatir sobre la energía nuclear en plena crisis japonesa? Probablemente sí. Y, lo que es más importante: hay que analizar, revisar y supervisar todos los protocolos de seguridad, el estado de las instalaciones y otras muchas variables. Pero, como decía un experto en la materia, las nucleares no son hoy más peligrosas de lo que lo eran hace una semana. Las decisiones que se tomen tienen que tener en cuenta todas las variables. Ciertamente, la electricidad de origen nuclear es la más eficiente y barata, pero porque no incluye sus costes reales, como la gestión de los residuos o su peligro potencial y porque, como en el caso de España y en la mayoría de países, se trata de instalaciones ya amortizadas y que tuvieron gran apoyo público en su día. De ahí el interés de sus explotadores en alargar su vida útil: Supondría más dinero limpio de polvo y paja en la caja por cada kilowatio. La verdad es que son las centrales de generación que más inversión inicial requieren y por ello apenas existen proyectos nuevos en marcha a nivel mundial, como recoge la actualización de un estudio sobre la materia realizado por el MIT. De todas formas, hay que tener en cuenta que apenas existen alternativas que puedan compensar de forma rápida su posible supresión de la noche a la mañana, aunque tal vez sí con un mayor plazo de tiempo. Y las existentes supondrían quemar más combustibles fósiles y contaminar más. Todos los elementos hay que tenerlos en cuenta. Ni pánico irracional, ni oportunismo político al estilo de la canciller alemana Angela Merkel o de las organizaciones ecologistas más antinucleares (¿No se oponen también muchas veces a los parques eólicos?), sino sensatez y análisis, sin apriorismos y poniendo en una balanza los pros y los contras. En resumen, planificación y estrategia.

sábado, 12 de marzo de 2011

Terremotos y desarrollo

El impacto es innegable. Social y sentimentalmente. Pero de un terremoto como el de Japón también se pueden extraer lecciones desde la óptica económica. Por una parte está la diferencia entre las secuelas que produce un seísmo en un país atrasado y las que provoca en otro avanzado. Qué importante es la apuesta por el capital humano que se traduce en ingenieros, arquitectos y técnicos que diseñan edificios que soportan un impacto como el vivido el viernes pasado en el país asiático. Experiencias anteriores sirvieron para mejorar, aunque ciertamente ha habido daños y devastación Pero ¿qué hubiera ocurrido en un país pobre? Además, como es un país rico y con una población bien formada, aunque es verdad que atraviesa un periodo de 20 años de estancamiento y deflación, cuenta con suficientes recursos humanos y materiales para la reconstrucción. Como se comenta en el Financial Times, más que el dinero, lo importante es el capital social "de un gobierno bien organizado", así como la solidaridad de la gente. Todo esto "no tiene precio".

martes, 1 de marzo de 2011

Crudo petróleo

Hace tiempo que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) lo viene adviertiendo. En especial, a través de una estudio que realizó en el 2005 denominado Saving oil in a hurry: Hay que ahorrar en consumo de petróleo y, por tanto, de sus derivados. El Gobierno español estuvo a punto de aplicar medidas como las recomendadas cuando se disparó el precio del barril en el 2008 hasta llegar a un máximo histórico de 147,50 dólares. Luego el precio del crudo cayó y se optó por no tomar medidas. Una solución muy a la española: Olvidarse de los problemas y aplicar soluciones a toda prisa cuando ya no queda más remedio ¿No hubiera sido mejor haberlo hecho hace tres años y de forma menos traumática y más gradual? Seguro que nos hubiéramos ahorrado un buen pico del déficit comercial que padecemos y que el año pasado superó los 47.000 millones de euros, en buena parte debido a la factura energética. Este se ha multiplicado en el último mes con la subida del crudo y, por tanto, de los carburantes. Basta con ver el IPC de febrero, cuya tasa anual se sitúa ya en el 3,6%. Es obligación de los poderes públicos dar ejemplo y, con señales en materia de ahorro y eficiencia. Y dejémos de grandes ideas. más de la mitad del consumo de petróleo se va en transporte y, hoy por hoy, este carece de sustitutivo. Esperemos que las últimas medidas, como reducir la velocidad máxima a 110 kilómetros por hora, se conviertan en estructurales y no en coyunturales. Y que no sean solo un fugaz negocio para fabricantes de pegatinas para cambiar las señales de tráfico. En ello nos va buena parte de nuestra riqueza y un gran número de participaciones en la lotería de la recuperación.