jueves, 5 de agosto de 2010

Funcionarios y privilegios

En los tiempos que corren, con una crisis enorme, ya no es solo poco lícito que los controladores aéreos planteen una huelga. Empieza a ser necesario un debate sobre el número de empleados públicos realmente necesario. Y no solo sobre eso sino sobre sus privilegios ¿Por qué motivo han de tener garantizado el empleo de por vida frente a una mayor precariedad del resto? Y ¿por qué han de tener ventajas a costa del bolsillo del resto de contribuyentes, como residencias u hoteles para veranear a los que no tienen derecho el resto de los mortales si , en realidad, son servidores civiles? ¿Es normal que haya más de 1,6 millones de funcionarios, además de otros más de 700.000con contrato laboral en el conjunto de Administraciones y universidades? ¿Es normal que el ministerio de Sanidad, que tiene transferidas todas sus competencias a las autonomías, cuente con más de 2.000 funcionarios de carrera? Son preguntas que requieren respuestas. Falta racionalización y, por tanto, eficiencia. Y también un recorte drástico de favoritismos y privilegios. Y no hablo de que sobren policías o médicos. Ese no es el tema. Hablo de un exceso, seguramente, de burocracia y papeleo y de especialistas en la materia. Esa sí que es una asignatura pendiente que, con toda probabilidad, de ser aprobada, reduciría la carga que soportamos todos aquellos que no somos funcionarios.