jueves, 24 de diciembre de 2009

De las 'puntocom' a Lehman Brothers

¿No hemos aprendido nada? Un rápido examen a los acontecimientos de la última década, la primera del tercer milenio, refleja que, en materia de crisis, parece que no aprendemos. Casi comenzamos el aún vigente periodo de dos lustros con el estallido de la burbuja de las empresas tecnológicas en marzo del 2001. Muchas desaparecieron, pero quedan algunas, como Yahoo! o Google, que, tras 11 años de vida, es el actual poder dominante. Lo preocupante es que en 1998 habíamos caído y, por suerte, habíamos salido, de la debacle del Long Term Capital Management (LTCM), fondo altamente especulativo del que formaban parte incluso premios Nobel de Economía. Pero es que en el 2008, justo 10 años después de LTCM y siete después que la caída tecnológica, se produjo la que, hasta ahora, se ha calificado como la peor crisis económica de la historia o, si queremos, la única comparable desde el crack de 1929. Entre otros efectos, tras la caída de Lehman Brothers, ha supuesto la desaparición de la otrora superpoderosa banca de inversión. Espero equivocarme, pero nuestra capacidad de tropezar y con piedras cada vez mayores parece no tener límites y la de acabar pagando entre todos una factura por una fiesta de la que solo disfrutaron unos cuantos, también. Como el crecimiento desbocado, las crisis tienen sus ciclos. Y estos cada vez son más cortos, como lo es también la vida de las empresas que dominan: Microsoft, un invento de los años 80, tiene poder, pero lo ha visto reducido por el creciente liderazgo de una empresa, Google, que se fundó hace 11 años. Y hay más ejemplos, como Facebook, etcétera, etcétera. Si las cosas no cambian, nos espera una nueva década en la que a las etapas de bonanza les seguirán momentos de caída que, como no podía ser de otra forma, nos parecerán los peores de la historia. Eso será mientras los padecemos porque después, una vez recuperados del desastre, recobramos fuerzas y perdemos rápidamente la memoria para acabar de nuevo en un desastre. Todo esto forma parte consustancial del capitalismo, uno de los sistemas con más capacidad de regenerarse. Ya lo decía John Kenneth Galbraith: "la memoria financiera no dura más de 20 años". Muchos menos diría yo. Si no, al tiempo.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Más peaje fiscal para el ahorro

Quedan pocos días para aprovechar que la tributación del ahorro es del 18%. A partir del 1 de enero, éste estará gravado con el 19% y el 21% a partir de los 6.001 euros. No es de extrañar, por tanto, que muchas compañías paguen el dividendo a cuenta de los resultados de este año este mismo mes y no en enero, como es habitual. No olvidemos, de todas formas, que, en el caso de los dividendos, los primeros 1.500 euros están exentos y en esa situación se encuentran la gran mayoría de los contribuyentes. Otra cosa son los depósitos y cuentas. Como uno puede determinar el momento y la cuantía de sus plusvalías, los fondos de inversión ganan atractivo a costa de las imposiciones bancarias. En todo caso, no hay que perder de vista ni el horizonte temporal --¿cúando vamos a necesitar el dinero?-- ni la rentabilidad. A lo mejor resulta más a cuenta pagar algo más de impuestos pero obtener un mayor rendimiento. Cada persona es un mundo y cada uno sabe la tolerancia que tiene al riesgo y tienen que hacer sus propios números. O pedir que se los hagan. No lo olviden.

sábado, 12 de diciembre de 2009

Sol en el techo

A pesar de su intensa potencia, apenas usamos el sol para generar electricidad en todas sus posibilidades. El Gobierno de la Generalitat de Catalunya ha encontrado una vía que puede resultar muy interesante. Ya empezó con las cubiertas de la Fira de Barcelona y ahora, a través de la empresa pública ICF Equipaments, ha adjudicado el concurso para la construcción y mantenimiento de placas fotovoltaicas en los techos de 108 escuelas públicas a AV Soltaica. Se trata de una empresa en la que participan una filial de la constructora Vicsa y la firma especializada en eficiencia energética Aplir, además de una persona gran concoedora de las energías renovables como Jaume Morrón. El proyecto forma parte del pacto por la competitividad firmado por la Generalitat y diversos agentes políticos, sociales y sindicales. Además de emplear espacios que de otra forma estarían ociosos, las instalaciones se encuentran cerca de zonas donde es posible evacuar la energía generada a la red general sin grandes inversiones en infraestructuras. Esa será una vía de fomento de la energía solar con muchas posibilidades. Pnesemos en las cubiertas de grandes naves industriales y otros grandes equipamientos. La Generalitat ya lo ha pensado. No se puede esperar que genere grandes volúmenes porque la energía solar fotovoltaica requiere mucho espacio para generar un solo megawatio (MW), pero sí que puede contribuir a llegar a los objetivos que se han marcado con esta fuente energética y a los que se incluyen en la actualización del plan de la energía de Catalunya, que apuesta sobretodo por el ahorro y la eficiencia energética, es decir, por generar la misma o igual energía para obtener mucha más producción. El proyecto que se pone ahora en marcha, mediante el que AV Soltaica pagará un canon por uso de espacio durante un periodo de entre 20 y 25 años, supone una inversión de unos 10 millones de euros y aportará la electricidad que consumen el equivalente a 1.200 familias. Algo es algo en el camino hacia la producción de energía más limpia y la sostenibilidad en el que el Ejecutivo catalán se había quedado muy rezagado.

viernes, 11 de diciembre de 2009

¿Y quién juzga a Standard & Poor's?

No seré yo quien juzgue a una agencia de calificación crediticia como Standard % Poor's (S%P), que ha vuelto a dar un toque de atención a España por su déficit ¿Pero no eran estas compañías las que, sin rubor alguno, certificaban como de calidad los activos tóxicos que propiciaron al mayor crisis financiera mundial desde 1929? Como alerta para que el Gobierno se ponga las pilas y establezca compromisos creíbles y comprobables para reducir la sangría que sufren las cuentas públicas no está mal. Pero ¿acaso alguien juzga a S&P? ¿Quién la regula? Podríamos incluso convenir que, quizás, no fue la agencia que más ingresos obtuvo con la certificación de activos que luego resultaron tóxicos, pero relativicemos las cosas. Su palabra no es ley, aunque sí debe servir de advertencia, especialmente para el Gobierno, que ha de ser el garante de la solvencia de la deuda del país. Es cierto que la tendencia de las cuentas públicas no es buena, pero tampoco es menos cierto que la deuda pública en relación al conjunto de la economía, aunque con tendencia a incrementarse, está unos 20 puntos por debajo de la media de la Unión Europea (UE).

lunes, 7 de diciembre de 2009

El clima de Copenhague

No lo esperemos todo de Copenague. Es posible que no se alcancen grandes acuerdos o incluso, siendo extremadamente optimistas, es posible que los haya. En cualquier caso, es preciso que se discuta la cuestión del cambio climático a escala global y que se decidan actuaciones para desacelerar el deterioro del medio ambiente, por vagas que estas sean. Es imprescindible que exista un marco mundial. Ahora bien, eso es necesario, pero no suficiente, como lo demuestra el escaso efecto, en términos de reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero, el protocolo de Kyoto de 1992. Los gobiernos no hicieron en casa lo que se comprometieron a hacer fuera de ella. En todo caso, peor hubiera sido que no hubiera existido ese compromiso. Copenague es la ocasión para perfeccionar el marco global, asumiendo que la actuación concreta ha de ser a escala local, que cada estado debe ser lo suficientemente inteligente y a la vez valiente para implementar medidas adecuadas para su país y que paralelamente sean efectivas y eficientes. Lo primero, porque es imprescindible frenar el deterioro del medio ambiente y lo segundo, porque hay que hacer un buen uso del dinero público para que los contribuyentes perciban la importancia de que una parte de sus fondos vayan a estimular modos de hacer más sostenibles y que, por tanto, lo apoyen e incluso lo reclamen. Los gobiernos deben pasar de las declaraciones de intenciones o los estímulos que se acaban convirtiendo en ayudas para la especulación --véase el caso de la energía solar en España-- a los incentivos bien dirigidos. Y no solo en materia de producción de energía verde si no --y en ésto sí que se ha hecho poco-- en el terreno del ahorro y la eficiencia. Si se produce con menos polución y además se precisan menos cantidad de kilovatios para hacer lo mismo o más, se habrá empezado a ganar la batalla. Pero, seamos conscientes, queda mucho camino por recorrer. En todo caso, este se hará mucho más corto si el consenso sobre la necesidad de actuar es verdaderamente global. Si es así, el 1% de coste a escala de la economía mundial que se necesitaría hoy para paliar los efectos del cambio climático serían suficientes ¿Acaso no han corrido todos los gobiernos para salvar a la banca con recursos equivalentes al 5% del producto interior bruto mundial (PIB)? Pues simplemente se trata de que se conciencien en la misma medida que lo están sobre la importancia del sector financiero. Aunque solo se logre eso se podrá decir que con Copenhague ha cambiado el clima. Y para bien, claro.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Sostenibilidad por ley

Como catálogo de buenas intenciones se puede decir que la ley de la economía sostenible es correcta. Pero ¿se puede modificar el modelo económico mediante una norma o un conjunto de ellas? Es tal la tradición burocrática de este país que los gobernantes -- los de ahora y los anteriores-- tienden a pensar que basta con regular para que se produzca un milagro que acabe con la crisis. Bien estará sin algunas de las medidas desperdigadas por el texto propuesto por el Gobierno sirven para aumentar la eficiencia ni que sea de la Administración. Es una propuesta que incluye desde desgravaciones fiscales hasta medidas destinadas al ahorro energético o a reducir la morosidad. Nadie duda de que los incentivos desde bien dirigidos desde el sector público pueden estimular deterimadas actuaciones o actividades y también pueden porovocar lo contrario (¿Qué produjo si no la desgravación por la compra de vivienda?) ¿Quién se puede oponer, de entrada, a algunos de los principios que propone la norma? Tampoco sirve de mucho la demagocia que pueda practicar la oposición. No olvidemos que el modelo basado en la construcción se disparó y afianzó con el PP en el Ejecutivo. En todo caso, lo que es indudable es que los cambios profundos requieren modificaciones de la misma magnitud e incluso más, en el sistema educativo, en las infraestructuras en una mayor potenciación de la innovación... Difícilmente se pueden llevar a cabo mediante grandes declaraciones de intenciones. En fin, requieren de un modelo planificado, bien meditado y madurado, como los buenos vinos. Ah! Y a poder ser, totalmente consensuado. En algunas autonomías lo han logrado. Se han marcado una estrategia pactada para muchos años, al margen de coyunturas electorales ¿Podrá eso ser así a nivel de España?