martes, 4 de septiembre de 2012

Seamos austeros con la austeridad

Austeridad equivale a sencillez y moderación, así como rigurosidad en el cumplimiento de las normas, según el diccionario. Hay quien la confunde o identifica con recortar gastos. Evidentemente que la norma no puede ser gastar mucho más de lo que se ingresa. Pero ser extremista en este punto equivale a deprimir aún más una economía que ya está en declive. Y, lo que es peor, genera más paro que, si no estoy mal informado, es uno de los peores problemas con los que nos enfrentamos no solo en España. Lo advierten premios Nobel de Economía como Joseph Stiglitz o Paul Krugman. Ciertamente, son intelectuales que desde la derecha se identifican con postulados más socialdemócratas, pero acaso esos profesores de Harvard con los que el candidato republicano a la presidencia de EEUU, Mitt Rommey, nutre su consejo de asesores económicos, tienen mejores soluciones anticrisis. No olvidemos que muchos de ellos formaron parte activa de la regulación --perdón, desregulación--  financiera que nos han conducido hasta donde estamos. En resumen si un consejo habría que dar a los líderes europeos es que sean austeros con la austeridad. Los extremismos, como cualquier exceso (comer o beber mucho), no suelen ser buenos consejeros. La virtud suele estar más en el medio.