sábado, 26 de septiembre de 2009

Mordisco al ahorro, IVA y 400 euros de ida y vuelta


Del 18% al 19%. Así tributará el ahorro de la mayoría con la subida fiscal prevista por el Gobierno porque el tope de 6.000 euros establecido engloba a la mayoría de los contribuyentes. Por encima de esa suma, el tipo será del 21%, un auténtico mordisco fiscal al ahorro inidividual, con costes de imagen y que, sin embargo, no tendrá un impacto global muy importante en las arcas del Estado. No olvidemos que rentas del capital no son solo los dividendos sino los intereses por las cuentas corrientes ¿Quién no las tiene? Como también sube el IVA general, del 16% al 18%, también seremos la mayoría los que pagaremos. Al menos se ha tenido en cuenta la progresividad en la tributación del ahorro. Algo es algo. Pero el grueso de la recaudación adicional, por el IVA, y la retirada de los 400 euros --esa suma que pensábamos que nos daban y que ahora resulta que no era más que un préstamo o, mejor dicho, un parche a corto plazo que, en cambio, propinó un mordisco inútil de 6.000 millones de euros en las cuentas públicas,--afectará a las clases medias, las grandes paganas. Veremos si las medidas sirven de algo. Al retrasar el alza del IVA hasta el 1 de julio del año que viene, a lo mejor lo que el Ejecutivo busca es estimular el consumo, es decir, que la gente se anime a comprar bienes y servicios antes de esa fecha porque después les costará al menos dos puntos más. Y además, seguro que el Gobierno espera que a partir del próximo verano la economía ya habrá empezado a remontar --en parte gracias a ese supuesto empuje que provendrá del consumo--, por lo que un IVA del 18% en vez del 16% no significará mucho. Si el Ejecutivo falla en sus cálculos, la crisis podría prolongarse. Esperemos que no fallen en sus cálculos. En todo caso, creo que hubiera sido mejor dar ejemplo primero con un buen recorte de gastos corrientes y suntuarios por parte de la Administración --¿por qué no una reducción simbólica de ministerios? Nadie pide que se reduzca el gasto social --. Con ello hubieran legitimado futuras propuestas de subidas de impuestos. ¿Acaso las empresas no ajustan primero sus costes antes de apelar al bolsillo de sus accionistas?