miércoles, 18 de mayo de 2011

Capitalismo sexual

No prejuzguemos, pero los hechos parecen encaminarse hacia un mal futuro para el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn. Las recetas de esta organización han resultado tan duras, incluso euqiparables a las prácticas sexuales más incofnesables que los responsables políticos de algunos países se frotan las manos ante el monumental lío en el que se ha metido el político francés. Algún tuitero ingenioso llegó a decir jocosamente que alguien debería avisar a Strauss-Kahn de que no puede pretender hacer a la gente lo que ha hecho a algunos países (Volvemos al ámbito sexual). Tal es el descontento con esta institución. Vuelvo a repetir: no lo sentenciemos antes del juicio. Ahora bien, aun suponiendo que no fuera culpable, el viaje precipitado de Strauss-Kahn desde una habitación en el Sofitel de Manhattan hasta los infiernos de la prisión de Rikers Island le puede hacer reflexionar. Y es que verá que ese modelo de capitalismo que representa desde la comodidad de su cargo tiene un enorme registro de matices y extremos crueles. Y que no solo de lujo vive el hombre. Es más, podrá ver que la opulencia y la abundancia son meras excepciones, no la norma general, por más que se practiquen los preceptos del capitalismo sexual. Ay, perdón! del capitalismo de mercado.