jueves, 9 de octubre de 2008

Me temo que las hipotecas....


Una acción concertada sin prercedentes sirvió para que los principales bancos centrales bajaran el precio del dinero. Pero esa es la rebaja de un bien que, en algunos casos, es escaso. Solo con más inyecciones de capital para reanimar el mercado interbancario --que carece de la financiación de fondos exteriores de la que vivió hasta el verano del año pasado-- permitirá que el recorte se traslade a las hipotecas. Y eso, me temo, que no será a muy corto plazo. Los bancos se prestan, si es que lo hacen, el dinero a un año a más del 5%, que contrasta con el 3,75% fijado por el Banco Central Europeo. Y esa es la referencia para quienes pagan un préstamo hipotecario a cuyo interés hay que sumar un diferencial que puede llegar a ser de un punto o más. De todas formas, la bajada del precio oficial del dinero, aunque tardía, puede contribuir a solucionar un crisis que carece de precedentes y que no acabará hasta que los bancos hayan restablecido sus cuentas, para lo que los bancos centrales aún tendrán que tener lista la cartera e inyectar fondos. Habrá que esperar. Además, hay otro aspecto que no se mide con dinero, pero que lo encarece, y que cuesta mucho de restablecer. Esa variable es la confianza. Y esa aún tardará en recuperarse.