lunes, 22 de diciembre de 2008

Recortar sin despedir

Despedir tendría que ser la última solución en épocas de crisis, como la huelga lo es cuando se quieren lograr los objetivos que se persiguen y ya se han agotado todas las vías de negociación. Más gente en la calle no hace más que empeorar la situación económica de un país al engordar las listas del paro. En una economía liberal como la de EEUU se están potenciando ideas imaginativas para evitar los recortes de plantilla. Estas van desde la congelación salarial a la semana de cuatro días laborables. Despedir no es más la constatación de un fracaso por parte de quien lo practica. Es cierto que hay veces en las que no queda otra alternativa que desprenderse de efectivos, pero otras seguramente que la empresa funcionaría mejor con otros gestores con mejores y más brillantes ideas. Los trabajadores valoran que quien les pide sacrificios practique con el ejemplo. Y lo que es más importante, que inspire confianza y tenga un proyecto de futuro. En esos supuestos seguro que los empleados estarán dispuestos a negociar soluciones para superar la crisis sin tener que reducir el empleo.