Sorpresa. El ministro de Economía, Pedro Solbes, acaba de anunciar medidas para facilitar el pago de las hipotecas a las familias con rentas más modestas. Pero ¿no iba todo tan bien? De entrada, no está mal que se ayude a los que no llegan a pagar las cuotas del préstamo para su vivienda. Pero anunciar medidas para paliar estos efetos equivale a admitir que la situación es peor de lo que se reconocía. No quiero ni pensar que sea solo un guiño electoral. Sería poco responsable. Ciertamente habrá familias que no podrán hacer frente a los préstamos para pagar su casa. Eso me hace pensar que la desaceleración de la economía, ya admitida incluso por el Gobierno, puede ser más seria de lo esperado. No digo que tenga que desembocar en una crisis o depresión, pero... Después de las elecciones del 9 de marzo esperemos que se imponga la calma y estabilidad política suficiente para que el nuevo Ejecutivo pueda ser más sincero y admitir públicamente la situación, sea de una desaceleración más intensa o no, y, por tanto, que actúe en consecuencia con la tranquiulidad que otorgan cuatro años de mandato por delante. Es de suponer que ya no estarán sujetos a las presiones de una campaña electoral y, por tanto, de tener que agradar sea como sea a los potenciales electores. Veremos...
