viernes, 6 de junio de 2008

Elefantes verdes


Elefantes verdes, cisnes negros, leones rojos... Lo importante es ser singular. Sin duda es bueno ser el mejor o uno de ellos. Pero lo que realmente vende es además ser distinto, sobresalir de la masa uniforme. Eso lo saben los genios del marketing y del mundo de los negocios. Es evidente que no basta con llamar la atención, pero es un punto fuerte. El ipod no fue el primer reproductor de MP3 del mercado, ni siquiera el mejor probablemente. Pero destaca, como un BMW, como una Harley Davidson. Es el principio esencial para forjarse un futuro como empresa. Y no digamos si somos los mejores, singulares y únicos. Y eso es aplicable también a un país: ¿Por qué Alemania sigue exportando pese a la elevada cotización del euro? Porque hace cosas necesarias mejor que otros o incluso hace cosas que otros no saben hacer y que, además llevan su sello distintivo. Está muy bien vender lo que otros hacen, pero es mejor dedicarse a lo que los demás no hacen y, si competimos por lo mismo, lo básico es ser bueno, pero también diferente. Es una lección que, además de para las empresas, es muy útil para los países que quieren ganarse un puesto en el podio de la economía global. Y si somos capaces de ponerle un sello que denote calidad, aún mejor.