miércoles, 2 de julio de 2008

Sin ingenio


Poca innovación vamos a tener si carecemos de ingenieros. Los últimos estudios indican una reducción alarmante de nuevos ingresos en las facultades y escuelas técnicas, medias y de grado superior, tanto en informática como en telecomunicaciones. Es la resaca del pinchazo de la burbuja tecnológica de 2000, pero es un mal que acecha a muchas profesiones cualificadas. Hoy vamos camino de tener que recurrir al exterior para lograr profesionales y técnicos de cierto nivel. Un país sin este tipo de activos, tanto de grado medio como de grado superior, tiene pocos mimbres para tejer una red de ingenio e innovación. De eso han de ser conscientes los gobiernos. Igual que de la existencia de un sistema educativo que no cumple con las expectativas del mercado laboral. Las empresas tienen que importar profesionales cualificados o bien reciclar ingenieros de unas disciplinas para que ejecuten otras. Tenemos un auténtico problema que solo se atajará con una estrategia de política educativa consencuada, clara y con metas definidas. Ya sé que es mucho pedir. Pero si no, nos quedaremos sin el ingenio necesario para aumetnar la productividad y, por tanto, la competitividad.