lunes, 21 de febrero de 2011

La 'i' pequeña de la innovación

Está visto que la investigación y el desarrollo (I+D) son glamurosos. A los políticos les encanta hablar de la necesidad de potenciarla. Y a quién no. Supone una palanca para el crecimiento, y más cuando una economía está en crisis; pero requiere tiempo y una apuesta constante de los que carecemos. Por lo tanto, seamos prácticos. Un potente empresario, de los más ricos de este país, me decía el otro día: "En I+D tenemos poco que hacer. Lo nuestro tiene que ser la i pequeña de la I+D+i, es decir, la innovación. Ahí, por nuestra creatividad, podemos dar la batalla". Aunque parezca una claudicación, es una realidad. Es en este tipo de pequeñas grandes cosas en las que tenemos que centrarnos. Lo recuerda Tom Peters en su último libro Las pequeñas grandes cosas. En ese terreno, dominado por el sentido común, es en el que hemos de perseverar. E innovación no significa solo enfundarse una bata blanca y ensayar con probetas, que también; sino mejorar procesos, hacer cosas mejor o hacerlas de forma diferente, más atractiva y práctica o eficiente. Existen probadas muestras de que sabemos innovar incluso en la forma cómo se produce, distribuye y vende la ropa: Zara o Mango, entre otras. Y eso puede trasladarse a otros muchos terrenos, desde las biotecnología hasta la agroindustria. Ese es un camino básico no solo para avanzar sino para progresar.

viernes, 18 de febrero de 2011

Sacrificios y amenazas

Que no está la cosas para alegrías lo sabemos. Que no está la caja para grandes dispendios, también. Pero, señores de la Generalitat: Nos quieren decir ya por dónde piensan recortar las cuentas públicas. Hablan y hablan de sacrificios, como si prepararan el terreno, pero ¿para qué? Un empresario me comentaba el otro día con preocupación que está preocupado. "Las cosas parece que empiezan a ir un poco mejor. Se exporta más, se vende algo más y, desde el Govern nos llega el mensaje constante de que no hay dinero ni para pagar las nóminas. Eso no anima e incluso uno se pregunta si no tiende demasiado a la euforia". No es raro que lo piense teniendo en cuenta los mensajes que llegan desde el Ejecutivo catalán. Porque una cosa es tener el convencimiento de que habrá que ajustarse el cinturón para adaptarse a que somos en torno a un 20% más pobres y otra es el tono de amenaza. Me constan que el president de la Generalitat, Artur Mas, se ha dado cuenta de ello y que quiere reconducir la situación. Más le vale.

miércoles, 16 de febrero de 2011

El otro capitalismo

Menuda crisis la que vivimos. Ha puesto en cuestión incluso el modelo de capitalismo que la ha provocado, aunque, hoy por hoy, con mayor timidez que en los momentos en los que esta se manifestaba con mayor crudeza y hacía entrever las puertas del abismo. Michael Porter y Mark Kramer, de Harvard, proponen una nueva ruta basada en lo que denominan valores compartidos. En resumen, que las empresas obtengan beneficios en favor de la sociedad, no a expensas de esta. Se trata de una evolución de la responsabilidad social corporativa que entiende que las empresas no solo están en las comunidades sino que SON comunidad. Todos navegan en el mismo barco. No basta, por tanto, con dedicar una parte de los beneficios a pagar exposiciones o realizar acciones que tienen más que ver con la promoción que con la convicción, sino que las compañías deben dirigirse hacia los beneficios adecuados, es decir, "aquellos que generan beneficios sociales". No nos engañemos, es una concepción egoísta, un mero instinto de supervivencia encaminado a perpetuar el capitalismo, pero de la que todos podemos sacar partido: ofrecer productos y servicios que satisfacen necesidades no solo debe proporcionar beneficios a la empresa, lo cual es lícito; sino que ha de permitir que la sociedad en su conjunto se enriquezca y, por tanto, que las compañías puedan también beneficiarse. Para ello estas tienen que compartir y estar pendientes de forma constante de los que es realmente necesario, no solo para ellas, sino para el conjunto: menos bolsas de plástico, menos transporte contaminante, menos humos, más distribución digital, mayor atención a las necesidades del cliente, etc, etc. Del círculo vicioso al círculo virtuoso. La idea es un antídoto contra la cultura de la ganancia inmediata y por encima de toda otra consideración, esa que nos ha conducido hasta el punto en el que nos encontramos en la actualidad. En resumen, no hablamos de anticapitalismo --otros sistemas como el comunismo no han demostrado ser mejores-- sino de OTRO capitalismo.

martes, 8 de febrero de 2011

Endeudarse para pagar deudas

Círculo vicioso: Endeudarse para pagar deudas. Esta es la situación financiera de la Generalitat. En breve podrá emitir unos 2.500 millones de euros en bonos a medio y largo plazo para subsistir en el día a día y solucionar las tensiones actuales de tesorería, como resultado del encuentro entre el president, Artur Mas y el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, en total, Catalunya necesitará unos 11.000 millones este año para que las cuentas cuadren. Si partimos de la base de que la deuda total supera los 40.000 millones, la quinta parte del PIB catalán, es como para temblar. Se podrán autorizar nuevas emisiones y más deuda, pero eso solo servirá para tapar vías de agua, no para solventar el problema de fondo: la infrafinanciación de la autonomía. Y eso solo se resuelve mediante un sistema que garantice los recursos que requiere la comunidad sin necesidad de tener que endeudarse para que los gastos no superen de mucho los ingresos. Todo lo demás son parches y rehuir el problema de fondo.

viernes, 4 de febrero de 2011

PIB: encefalograma plano

Menuda tristeza la de una economía en la que el hecho de no crecer es motivo de jolgorio. Y eso es lo que sucede. El producto interior bruto (PIB) retrocedió el año pasado el 0,1%, menos de lo previsto. Pero lo cierto es que cualquier síntoma de que la tendencia es más positiva que negativa es como para saltar de alegría. De todas formas, seamos realistas: no es lo mismo avanzar que quedarse en el mismo sitio. Y eso último es lo que le está sucediendo a la economía española, que no avanza, que está estancada. Y ya sabemos que si no se crece más del 2% no se genera empleo neto. Y mientras, en Alemania crecen tanto que reclaman ingenieros y otros profesionales que hemos formado aquí con años y años y dinero puesto por todos los contribuyentes. A ver si se nos pega de una vez esa capacidad de los alemanes de aprovechar los recursos propios y ajenos, así como de superar las crisis.

martes, 1 de febrero de 2011

Desinformación en el mundo de la información económica

Resulta curioso, pero en un mundo tan dominado por la información como es el actual, predomina la desinformación. Y no es por escasez ni tampoco por exceso, aunque a veces pueda parecerlo. Es esta una advertencia que lanza Max Otte, autor de El crash de la información. Y no es una aviso vacuo, sin contenido. El alud de datos e información que recibimos en la actualidad tiene mucho que ver con la última de las crisis que hemos vivido o estamos viviendo, aunque no pueda hablarse exclusivamente de conjura de unos pocos. Lo aclara en uno de sus apartados el autor del libro: "El problema no es que haya una conjura intencionada, sino el consenso de los grandes agentes en hacer el mundo financiero lo más complejo e incomprensible posible. No hay un único brujo malvado que arroje mugre al río para pescar mejor en el agua turbia, sino una cantidad inmensa de pescadores que contaminan el agua, cada uno en su propio beneficio y contra los demás, porque falta un poder que ponga orden y que cuide de su limpieza y transparencia". Y digo yo: Si determinadas autoridades reconocidas establecen las normas que hay que aplicar en los aromas que se pueden poner en un helado de limón o en el cultivo de las lechugas e incluso dónde se puede y dónde no se puede fumar ¿por qué no sucede lo mismo con las reglas de la información financiera? Dirán que no es lo mismo un producto que puede perjudicar a la salud que otro que sirve para obtener rentabilidad o mantener como mínimo el valor de los ahorros. Y ¿no es eso también suficientemente importante como para que no se limite a unas normas como las MIFID que solo entienden los vendedores de pócimas mágicas? Usted lee, no entiende nada y firma, no sea que se crean que uno es un inculto. A partir de ahí, total impunidad para el fabricante de ilusiones financieras.