lunes, 18 de abril de 2011

Proteccionismo, xenofobia y otras enfermedades

La crisis tiene muchas repercusiones e incluso lo que podríamos denominar enfermedades sociales. Una de las más profundas y peligrosas es la tentación de poner barreras, es decir, de volver al proteccionismo. Otra, con connotaciones que van mucho más allá de las económicas, es la xenofobia o el temor u odio a todo lo extraño o extranjero. Finlandia es el último ejemplo de esta oleada de extremismos y lo curioso es que la proporción de población foránea en ese país nórdico es infinitamente baja comparada con otros estados europeos. Pero no es el único país que vive este delirante proceso. Baste con recordar a la hija de Le Pen y su ascenso en Francia. Y además estas ideologías y su asalto al poder tienen repercusiones enormes en el conjunto de Europa porque se imponen las políticas de introspección, de mirar lo propio, y de desdeñar lo ajeno. En resumen: "Quien tenga problemas que se apeñe" o "Nosotros, simplemente por ser nosotros, somos mucho mejores". Ante la falta de soluciones mágicas e inmediatas para el desempleo, la falta de actividad y otros síntomas de crisis calan los discursos e ideas de quienes prefieren culpar a terceros: "La culpa es de los inmigrantes". "Nos quitan el trabajo" "Traen la delincuencia"... Estas expresiones y afirmaciones suelen imponerse, a pesar de que son completamente falsas. O ¿acaso los autóctonos querían empleos que en la etapa de bonanza realizaban quienes venían de otros países y aceptaban trabajos por salarios de miseria? Los políticos hacen mal en dar la espalda a estos fenómenos y en no forjar discursos unitarios en favor de la democracia como mejor camino para salir de la crisis. Y no digamos cuando encima alientan estas posiciones extremistas por acción u omisión con el único objetivo de lograr un puñado de votos. Y también deberían meditar los votantes que tratan de castigar a los políticos y partidos establecidos dando su apoyo a estas fuerzas que luego ni desean ni quieren la democracia. Simplemente se sirven de ella¿Hemos olvidado ya que un auténtico monstruo como Adolf Hitler llegó al poder democráticamente con un discurso proteccionista y xenófobo?