viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Estímulo o castigo?

Barack Obama ha vuelto. Y con un discurso como los que le auparon al poder ¿Su receta? Estimular la economía. Parece obvio que cuando los países están asfixiados como en la actualidad necesitan aire. En Europa la fórmula es distinta. Y contraria: más dureza y, por tanto, más ahogo y dolor. Obama representa la zanahoria y la Unión Europea, el palo. Es cierto que en el viejo continente las finanzas públicas dificultan llevar a cabo políticas económicas expansivas o de corte keynesiano, pero también es verdad que las contractivas nos abocan al abismo. Ese es el dilema. Y el reto: un poco de dureza y disciplina fiscal y un mucho (en la medida de lo posible) de estímulo. A España no se le puede exigir que gaste en planes de estímulo dada la situación de acoso a la deuda y que eso la encarecería aún más. Pero sí que otros socios europeos en mejor situación, como Alemania, podrían ejercer más de locomotora del conjunto para que luego el resto pudieran emplear los pocos recursos de los que disponen para dar un empujón a sus economías. No parece que eso, al menos en el corto plazo, vaya a ser así porque la cancillera Angela Merkel tiene la mirada demasiado puesta en el calendario electoral. Mientras, por tanto, crucemos los dedos para que a Obama le salgan sus planes y para que la ultraofensiva del ala más aguerrida de los republicanos no se salga con la suya. Solo así la primera potencia mundial podrá remontar e influir en la mejoría del resto. En resumen esperemos que el "circo político" del que habla el presidente de EEUU, no vuelva a iniciar la función como lo hizo con el debate sobre el techo de la deuda. Nosotros, tanto en España como en el resto de Europa, sabemos mucho de eso porque hace tiempo que disponemos de sesiones de de mañana, tarde y noche.