miércoles, 29 de julio de 2009

Bolsa, euforias y otros mundos ficticios

No seré yo el que ejerza de aguafiestas. No no me gusta hacer ese papel. Pero creo que, en el mundo económico, hay que ser de vez en cuando realista y tratar de imponer la cordura. Después de dos semanas, la bolsa acumula unas ganancias superiores al 15%. Y algunos ya se frotan las manos esperando una pronta recuperación económica. Lo cierto es que el entorno no parece tan optimista --cierrres, despidos, etc.--, pero los mercados de valores, ya lo sabemos, tienden a sobrerreaccionar, tanto con las buenas noticias, a través de euforias, como con la malas, mediante irreprimibles pánicos. Actualmente, la mayoría de compañías ofrecen datos más positivos de los que se esperaban. Los equilibrios contables también tienen algo que ver en eso. En todo caso, la verdad es que se producen fuerte subidas en las bolsas. Pero --no lo olvidemos--: las bolsas no suelen ser un reflejo absolutamente fiel del mundo real. Algunos analistas lo recuerdan y advierten de que podríamos estar viviendo una especie de espejismo, uno de esos mundos ficticios que surgen de los mercados de renta variable y que, de un día para otro, transforman una etapa de alegrías en una auténtica pesadilla. Esos mismos analistas apuntan que lo peor de la crisis podría aún estar por llegar ¿Recuerdan al economista Santiago Niño y su libro El crash del 2010? Esperemos que el tiempo no le dé la razón y que, tras el verano, la enorme bola del endeudamiento y los déficits públicos --en España supera los 30.000 millonbes de euros-- no dé al traste con todas las esperanzas de recuperación, especialmente en EEUU. No olvidemos que la primera potencia mundial tiene previsto ser la primera en salir del túnel --fue la primera que entró-- y, por tanto, ejercer de locomotora para que el resto lo hagamos unos meses después. O al menos así nos lo han hecho creer.