jueves, 25 de diciembre de 2008

Mira los clientes que tenía Madoff

Ricos y muy selectos. The New York Times recopila la lista de clientes afectados por la monumental estafa piramidal de Bernard Madoff. Ahí vemos desde un fondo del Banco Santander hasta Alicia Koplowitz, una de la smujeres más ricas de España. Se ha sumado ahora Liliane Bettencourt, propietaria de L'Oréal, imperio que heredó de su padre; y probablemente la mujer más rica del mundo, ya que a esta compañía le suma el ser la primera accionista individual de Nestlé. La lista no cesa de crecer, lo que demuestra la habilidad de Madoff para atraer dinero de acaudalados y poderosos o, como mínimo, de quienes les administraban las fortunas. Tras este escándalo valorado inicialmente en unos 50.000 millones de dólares hay muchas cosas que revisar, empezando por los sistemas de supervisión y control que, o no funcionaron o, simplemente, miraron hacia otra parte --lo que, ciertamente, aún es más alarmante--.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Recortar sin despedir

Despedir tendría que ser la última solución en épocas de crisis, como la huelga lo es cuando se quieren lograr los objetivos que se persiguen y ya se han agotado todas las vías de negociación. Más gente en la calle no hace más que empeorar la situación económica de un país al engordar las listas del paro. En una economía liberal como la de EEUU se están potenciando ideas imaginativas para evitar los recortes de plantilla. Estas van desde la congelación salarial a la semana de cuatro días laborables. Despedir no es más la constatación de un fracaso por parte de quien lo practica. Es cierto que hay veces en las que no queda otra alternativa que desprenderse de efectivos, pero otras seguramente que la empresa funcionaría mejor con otros gestores con mejores y más brillantes ideas. Los trabajadores valoran que quien les pide sacrificios practique con el ejemplo. Y lo que es más importante, que inspire confianza y tenga un proyecto de futuro. En esos supuestos seguro que los empleados estarán dispuestos a negociar soluciones para superar la crisis sin tener que reducir el empleo.

domingo, 21 de diciembre de 2008

A 10 años del petróleo a 9 dólares

El petróleo está de celebración. Hoy hace justo 10 años que marcó su mínimos absoluto, en 9,55 dólares. En la actualidad, como sucedió durante la crisis del sudeste asiático hace una década, vive una fase de hudimiento por una crisis más intensa y global. Muchos expertos auguran que el barril caerá hasta los 20 o 30 dólares. Eso, además de ser consecuencia de una profunda crisis mundial, no es buena noticia para estimular las energías renovables y menos contaminantes. En todo caso, a medio plazo, los precios volverán a subir porque los campos más productivos están en declive y solo cabe esperar más petróleo en aguas profundas y otras zonas con costes de extracción muy elevados. Por eso es necesario seguir por la senda de la energía verde. No es solo una cuestión medioambiental sino de democracia. Los principales países productores son actualmente poco democráticos. Un crudo caro no hace más que alimentar sus pocas ganas de apertura política y social.

martes, 16 de diciembre de 2008

Coches con enchufe


Mientras Occidente discute cómo ayudar a la industria del automóvil, algunas industrias se apresuran a producir baterías apropiadas para los vehículos del futuro con el objetivo de ganar posiciones en la carrera de los coches verdes. La autonomía de estos vehículos y, por tanto, su éxito, dependerá de sus baterías. Uno de los últimos impulsos proviene de una compañía china, BYD, en la que el multimillonario inversor Warren Buffett adquirió el 10% del capital. Esta firma ha lanzado al mercado el primer coche dual --eléctrico puro e híbrido-- por unos 15.000 euros. Toyota y General Motors no tendrán modelos similares a la venta hasta 2010 y 2011, respectivamente. Es evidente que la tendencia debe de ir por ese camino. Y los fabricantes lo saben de sobra. Toda ayuda o apoyo debe ir por la vía de foementar una nueva estrcutura de la producción. Es posible que la revolución no nazca de la propia industria del automóvil. Los grandes cambios en el sector de las discográficas los provocó Apple con el iPod. Pero la fusión electricidad-vehículos se producirá, lo hagan unos u otros. La necesidad de abandonar el petróleo es urgente, por motivos medioambientales, pero también por motivos de seguridad y garnatías de abastecimiento. Por eso será que el presidente electo Barack Obama ha fichado a un premio Nobel de Física, Seteven Chu, para su equipo. Chu es uno de los grandes especialistas en energías alternativas. En el sector del motor, el futuro depende del enchufe y, a la vez, de una energía que se produza mediante el viento, el sol, el agua y otros elementos renovables más accesibles, baratos y sostenibles.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Wall Street huele mal

Primero fueron las agencias de calificación de riesgos (Moody's y demás), que contribuyeron a propagar los activos basados en hipotecas tóxicas. Luego la banca de inversión (los Bear Sterns y Lehman Brothers). Ahora le ha tocado el turno a un reputado gestor de fondos de elevado rendimiento: Bernard Madoff (foto). Desde luego Wall Street empieza a oler ciertamente mal. Tras varios años de éxitos este antiguo presidente del Nasdaq resulta que ha provocado la evaporación de más de 37.000 millones de euros, arrastrando a gestoras de fondos altamente especulativos repartidos por todo el mundo. ¿La fórmula? El antiguo y rudimentario --pero atractivo para quienes persiguen resultados astronómicos-- sistema piramidal o esquema de Ponzi, mediante el que los inversores reciben rendimientos extraordinarios gracias al dinero que aportan los últimos en invertir. Llega un punto en el que se rompe la cadena y no hay dinero para aquellos que se habían acostumbrado a batir al mercado y lucir unos resultados espectaculares, porque la fórmula solo funcionaría si hubiera infinitos inversores que entraran en el sistema. Evidentemente no los hay. Este monumental fraude vuelve a poner el foco en aquellos que apostaban por la libertad absoluta de los mercados, sin ninguna regla. En este caso, o bien nadie vigilaba o quien tenía que hacerlo miraba para otro lado --lo que casi es peor--. La innovación financiera, que ha propocionado indudables ventajas, ha propiciado también la creación de auténticos fraudes y engaños masivos alimentados por una globalización que solo frena a las personas, no a los bienes, servicios y dinero. Esta innovación, en el fondo, no es la culpable. Los culpables son los propios hombres, que requieren un marco legal que limite sus actuaciones ¿Acaso no lo hay para la actuación en sociedad? Las leyes nos indican hasta dónde podemos llegar sin atentar contra la libertad de los demás ¿Por qué no ha de haber reglas similares también en el voraz y agreviso mundo de las finanzas y más si es a escala global?

martes, 9 de diciembre de 2008

No todo han de ser despidos

Es cierto. Hay crisis. Las fábricas producen menos. Los servicios venden menos. Apenas se construye. Es evidente que los negocios han de adaptarse a la nueva situación. Es evidente que hay empresas que tienen excedentes de plantilla. Es evidente que, cuando las cosas van bien, se atan los perros con longanizas. Es evidente que hoy las cosas van mal y que pueden ir peor que eso. Pero ¿ha de solucionarse todo con despidos? Esa es solo una parte para la solución del problema. Al despido se apuntan todas las empresas cuando las cosas empeoran. Es un instrumento de reducción rápida de costes. Se recortan los gastos por nóminas y a otra cosa. Ya pagará el Estado, mediante los subsidios, los excesos de algunas compañías. No es más que la pura concepción de que los trabajadores son un coste, no un activo -- eso que tanto afirman muchos directivos en público, pero que, a la hora de la verdad, queda en entredicho-- Pero ¿qué hay de las reducciones o congelaciones de salario, de las rebajas de estructuras directivas gigantescas, de los gastos supletorios o innecesarios, de la factura de la luz sin apenas control? Son muchas, muchas pequeñas cosas que pueden evitar dejar sin empleo a muchas personas. Señores directivos, hay que exprimir la imaginación. Para eso se les paga. La solución del despido es la más fácil. Piensen, mediten ¿no hay otras salidas que el despido? Y para la Administración: Además de las ayudas directas o los préstamos a bajo interés ¿no hay medidas legislativas que adoptar que podrían frenar los despidos o, al menos, restarles atractivo? Pienso, por ejemplo en la suspensiones temporales de empleo y otras medidas temporales que, con algunos retoques -como que no restaran periodo de desempleo-- podrían estimular la imaginación de muchas empresas que, ante la situación actual, prefieren el depido puro y duro y rebajar la factura por la vía más dolorosa.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Y siguen habiendo millonarios

Habrá crisis, paro, depresión y otras situaciones con connotaciones sumamente negativas, pero también hay muchos millonarios. En concreto, 10,1 millones de personas en todo el mundo con activos --sin contar la vivienda propia-- con un valor superior al millón de dólares, el 6% más que en 2006, un ritmo de crecimiento bajo comparado con el de ejercicios anteriores. Pero no está mal. Fue la primera vez que se sobrepasó la barrera de los 10 millones de individuos. Equivale casi a la cuarta parte de la población española. También hay que tener en cuenta que, el año pasado, la bolsa aún daba alegrías. No como hoy. Economías emergentes como China, India, Brasil o Rusia aportaron muchos nuevos millonarios gracias a la explosión de sus mercados de renta variable, pese a que, evidentemente, EEUU es la que más tiene como país (3,028 millones). Alemania posee 826.000 del total de 3,1 millones de millonarios que hay en el conjunto de Europa y Suiza es el estado con más millonarios en proporción a sus habitantes (el 2,7% del total). Este colectivo a nivel mundial (los 10,1 millones de millonarios) se repartió el año pasado 40,7 billones de dólares, el equivalente al 40% de toda la riqueza que se generó en todo el mundo en 2007. Nos podemos imaginar los déficits humanitarios que se paliarían empleando solo una pequeña parte de esa suma para esos fines. Pero eso es mucho imaginar. En todo caso, como se avecinaba temporal, la tendencia general fue invertir en depósitos e instrumentos de máxima liquidez, así como en bonos para huir de la inestabilidad bursátil. Estos activos ya significaron el 44% del total de las carteras de los adinerados, nueve puntos más que el año anterior. Quienes tienen mucho patrimonio suelen también tener los mejores consejeros y gestores de fondos, aunque no siempre. Aún así, seguro que el año que viene, cuando se difundan las cifras que recoge el estudio anual de Merrill Lynch y Cap Gemini, el ritmo de crecimiento del número de millonarios será inferior al de 2007. Será el único consuelo que nos quede a aquellos que no lo somos.

domingo, 30 de noviembre de 2008

¿Quién está en paro, su vecino o usted?

Con el paro sucede algo parecido como con los accidentes. Eso siempre les pasa a los demás, no a nosotros mismos. En economía es habitual medir el nivel de una crisis por el desempleo. Se dice que cuando se habla de paro --así, en términos genéricos-- estamos en crisis. Cuando empezamos a enterarnos de que amigos o parientes lo están, nos hallamos frente a una recesión. Y cuando uno mismo carece de trabajo, estamos ante una depresión. Parece, como todas las cifras indican, que estamos en el segundo escenario, aunque seguro que si usted está en paro le parecerá que estamos ya en una depresión. Cada vez conocemos a más personas que están afectadas por el desempleo. La recesión es innegable. No lo olvidemos, como con los accidentes, que nadie tiene un seguro a todo riesgo, aunque lo pague. Tal como van las cosas, seguro que irán cambiando las percepciones. Las últimas encuestas reflejaban que una mayoría de españoles se sentían aún seguros con su empleo actual --¿habrán preguntado solo a funcionarios?--. Con el recrudecimiento de la crisis empezarán a haber parados por todas partes. Por eso se producen los esfuerzos --hasta ahora infructuosos --de la Administración. El objetivo es que se hable de paro --así, en términos genéricos-- como cuando la economía crecía a todo trapo y con un poco de suerte y de empeño, conseguir que se pueda acabar discutiendo sobre el pleno empleo. Eso es lo que se hacía cuando se construían más viviendas de las necesarias, el crédito se facilitaba sin controlar demasiado los posibles riesgos de impago y se compraban coches y cosas que luego apenas se empleaban. Había paro, pero era así, en términos genéricos, eran cifras --o eso parecían-- no dramas personales y familiares como los que ahora descubrimos. Eso, en el fondo, son los ciclos económicos. Ahora son amigos y conocidos los que están afectados por el desempleo. Y pronto podemos ser nosotros mismos. La economía es así para todos, menos para los funcionarios. Lo mejor será que las próximas encuestas se las hagan a ellos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Que si los precios suben, que si bajan...

Esto es realmente desconcertante. La economía lo es. Hasta no hace muchas semanas, hablábamos de la amenaza de la inflación, es decir, de los riesgos de aumentos importantes y sostenidos del nivel general de precios. Ahora, por el clima de desaceleración --cuando no frenazo-- generalizado se empieza a mencionar la palabra deflación, que es el fenómeno contrario, es decir, la caída sostenida y persistente de los precios. Aunque parezca mentira, también tiene efectos devastadores porque, ante las expectativas generalizadas de que los precios se desplomarán más, las personas retrasan constantemente sus compras ¿Para qué comprar hoy un telvisor nuevo si mañana será más barato? ¿Para qué cambiar el coche si el mes que viene a lo mejor cuesta la mitad? Una crisis en la que se produce esta situación es un escenario terrorífico. De ahí los esfuerzos desde laas Administraciones por lanzar mensajes en el sentido de que se consuma, que se compre, de que no se deje para mañana lo que se pueda adquirir hoy. De lo contrario, vamos directos al precipicio de la espiral a la baja del que es muy complicado salir. Si no, que se lo digan a los japoneses. Ya saben. Si tenían previsto comprar, háganlo, si es algo que realmene desean o necesitan. Hay que sacar, como sea, al conjunto de la economía del tobogán de la deflación. No es malo que se abaraten los productos y servicios, pero es realmente nefasto que lo hagan constantemente. Eso también genera desempleo y una profunda depresión de la que es muy difícil salir.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Y tras el ladrillo, la banca

El otro día comentábamos que tras las primeras inmobiliarias se produciría la caída de alguna constructora. Pues bien, detrás de éstas viene la banca. No toda, evidentemente, pero sí una parte de la pequeña y mediana que está altamente expuesta al sector del ladrillo. Los esfuerzos públicos por salvar a las constructoras son intensos. El objetivo es evitar que la quiebra de alguna constructora provoque un enorme agujero en el balance de alguna entidad financiera. Y no lo digo solo por Sacyr Vallehermoso, que trata desesperadamente de vender su participación en Repsol a la rusa Lukoil, sino por otras. Pero ese podría ser un buen ejemplo. Más de 40 bancos y cajas están expuestos al riesgo de la caída de Sacyr ya que cargan con una parte del préstamo que acredita a esta compañía como primera accionista de Repsol. Y digo bien, acredita porque, en realidad, esa participación está en manos de los bancos como garantía. Muchas de estas entidades esperan a toda costa subrogar este crédito a la rusa Lukoil o a quien sea con tal de no tenerlo que imputar en su cuenta de resultados como fallido. No sería de extrañar que, ante el revuelo político que ha provocado la posible entrada de la rusa en la petrolera española, se acabe llegando a alguna solución intermedia, como la conversión de parte de la deuda de la constructora en participaciones preferentes u otros sistemas para evitar que Sacyr caiga y que arrastre con ella a algunos otros. Tal vez será a instancias del Gobierno o quizás no, pero en todo caso sería una solución temporal a la espera de que mejore la cotización de Repsol y que se pueda encontrar un socio más vendible a la opinión pública y política. Ese mirlo blanco no solo echaría un cable a Sacyr sino que extraería de Repsol el lastre que supone contar con un primer accionista ahogado financieramente y solo interesado en percibir dividendos con los que pagar los intereses de su enorme deuda de más de 18.000 millones de euros. Pero, dada la actual coyuntura económica, ese reto parece no difícil sino casi imposible.

martes, 25 de noviembre de 2008

El contagio pasará a las constructoras

Primero fue Martinsa-Fadesa, luego Tremón. Las inmobiliarias sucumben una tras otra víctimas de la crisis y no sería de extrañar que alguna otra lo hiciera en los próximos días o semanas. Pero los efectos no se acaban aquí. Al parecer, las licitaciones de obra pública se han ralentizado de forma importante y eso c onllevará también sus consecuencias. Si no se construyen viviendas y las obras públicas no se aceleran, pronto habrá víctimas de los concursos de acreedores entre las constructoras. Ese es el temor que manifiestan en los últimos días personas muy acreditadas vinculadas al sector del ladrillo y el cemento. Solo un impulso real de las obras públicas por parte de las Adnministraciones sacaría del ahogo a muchas empresas. Y no lo digo solo por Sacyr, dispuesta a vender su 20% de Repsol a la rusa Lukoil, para aliviar la enorme losa en forma de 18.000 millones de euros en forma de deuda que soporta. Lo digo por otras muchas. Tiempo al tiempo...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ayudas anticrisis

Si en algo hay consenso en la actualidad es en la necesidad de estimular la economía. ¿Debe hacerse mediante apoyos públicos a sectores concretos, es decir, con el dinero de todos los contribuyentes? Esa es la gran pregunta. Si se hace así, la siguiente cuestión es: ¿Por qué a un sector sí y a otro no? La tendencia inmediata es decir al automóvil, sí; a la construcción, no. Pero ¿por qué? Es cierto que el ramo del ladrillo ha ganado mucho más dinero que el resto estos años con la especulación, con la ganancia rápida y fácil. Pero de eso nos hemos beneficiado todos, en mayor o menor medida. Y no digamos los bancos. Y ¿por qué no ayudar a los fabricantes de electrodomésticos? ¿y a los propietarios de medios de comunicación? Si en algo estamos de acuerdo es en que el modelo de crecimiento de los últimos años se ha agotado. Por lo tanto, necesita una reforma, una auténtica revolución. Y yo me pregunto ¿es la ayuda pública directa al más ineficiente la forma de estimular la economía? Dado que una parte de la crisis actual se debe a que se reduce el consumo por la caída del empleo. ¿No sería más efectivo poner más dinero en el bolsillo de los ciudadanos mediante rebajas de impuestos? ¿No sería mejor facilitar desde la Administración la creación de nuevos negocios para emprendedores dispuestos a crear puestos de trabajo? Seguro que los efectos de estas medidas no serían ten inmediatos y efectistas como las ayudas a sectores determinados. Pero ¿estamos seguros de que el apoyo a un ramo de actividad o a otro servirá para solventar sus problemas a largo plazo? ¿De qué servirá que un fabricante de coches reciba una inyección de fondos si los clientes no están dispuestos a comprar, porque no reciben crédito para ello o porque han perdido su trabajo? El estímulo no debe instrumentarse mediante premios al ineficiente. Esa es una mala señal de cara al futuro, un mal incentivo para conducir la economía hacia el buen camino. Los estímulos deben ser generales, porque la crisis es general. Con parches pararemos la hemorragia unos días, pero no superaremos la enfermedad que, en cualquier momento, se reproducirá.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Crisis ¿hasta cuándo?

Seamos realistas. Ya estamos en crisis --en una intensa recesión para ser exactos--. Japón ha sido la última de las grandes economías en sumarse a esta tendencia. La pregunta es ahora ¿hasta cuándo? Ya no se trata de saber si estamos inmersos en una etapa de reducción del producto interior bruto (PIB) si no de deteterminar cuándo puede acabar este círculo vicioso, esta espiral a la baja. A medida que crece el desempleo se desvanecen las posibilidades de remontar. Cuantas más fábricas cierran, más personas hay en el paro y, por tanto, menos se consume, lo que, a su vez, induce a echar el cerrojo a más plantas y negocios ¿Cómo acabar con este círculo vicioso? Es cuestión de estimular, de reducir impuestos para que los ciudadanos tengan más dinero para gastar y de potenciar las inversiones públicas para que la actividad vuelva a recuperarse. La inflación ya es una cuestión secundaria. Y más cuando el petróleo se desploma por la reducción de la demanda. Las economías emergentes todavía no han entrado en la dinámica negativa de las avanzadas. Y más nos vale que no lo hagan. Alguien tiene que tirar del carro mientras salimos de la crisis. Mientras, en Occidente, además de vigilar que el contagio no se transmita a otras regiones del mundo, hay que incentivar a los ciudadanos a que consuman y a los empresarios a que inviertan. Es, por tanto, necesario dejar de pensar en el déficit público durante una temporada y de emplear los recursos públicos para reanimar a la economía. Esa es una de las recetas de la nueva Obamanomics. Y si eso es bueno para una economía tan liberal como la de EEUU ¿no va a serlo para el resto? De la eficacia de esos movimientos del sector público para estimular la actividad dependerá que el túnel llegue a su final durante la primavera o la segunda mitad del año que viene o que se prolongue hasta 2010 o 2011. Me quedo con 2009. Más nos vale a todos.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Mundo en pasivo

Asumámoslo. Tras años de excesos en unos mercados financieros desregulados, supervisores cortos de vista o maliciosamente ciegos y codicia, avaria y afán desmedido de lucro, tenemos un mundo en el que debemos más de lo que tenemos. Una balanza decantada fuertemente hacia el lado del pasivo. Este es el resultado de pervertir unos derivados financieros con elevado apalancamiento --endeudamiento--, diseñados en su día para la transferencia eficiente de riesgos y, en cambio, empleados como vía de ganancia barata y rápida ¿El resultado? Una crisis que costará un mínimo de tres billones de euros a escala mundial, si no más. Una cifra: el valor de los contatos de credit default swaps (CDS), instrumentos diseñados para cubrir la eventualidad de impago de rendimientos de deuda y convertidos en los últimos años en otro activo negociable en los mercados, superó el año pasado el valor del conjunto del producto interior bruto (PIB), es decir el valor de todo lo que se produce en el planeta en todo un año. Ante estas circunstancias estamos ante el necesario replanteamiento de las reglas de juego. No esperemos que lo solventen los líderes del G-20 en la cumbre que celebrarán en Washington este sábado 15 de noviembre, pero es al menos un paso, una constatación de que algo hay que hacer. Seguro que algunas normas, ale menos contable, cambiarán para hacer más llevadero el necesario proceso de reducción global de endedamiento. Un empresario comentaba el otro día que se ha acabado la era del EBITDA --resultados de explotación-- en las cuentas de la compañías y que recuperaremos la sana admiración por el beneficio como fruto de la resta entre los ingresos y los gastos. Seguro que será así durante un temporada, la suficiente hasta olvidarse de las penurias actuales para sucumbir ante los nuevos cantos de sirena del dinero rápido que, con toda probabilidad, regresarán. Si no, tiempo al tiempo.

viernes, 7 de noviembre de 2008

'Obamanomics'

Con Ronald Reagan tuvimos reaganomics, una filosofía económica que, a pesar del desastre que produjo en forma de liberalismo a ultranza, rebajas fiscales para ricos, una mayor brecha entre pobres y adinerados y el sálvese quien pueda como lema --hoy pagamos todavía pagamos las consecuencias--, fue emulada luego por los halcones del libremercado de George W. Bush, auténticos apóstoles de la Escuela de Chicago. El presidente electo, Barack Obama, se presentó a los comicios como una alternativa, con propuestas que difieren sustancialmente de las de la Administración republicana saliente. Él mismo las comenta en una nueva web. El futuro presidente es consciente del poder de internet como instrumento de relación con la ciudadanía. En las políticas que defiende Obama destaca la apuesta por las energías alternativas como fuente de crecimiento sostenible y empleo. Algunos podrán decir que también el gobernador republicano de California, Arnold Schwarzenegger, es un auténtico defensor de las energías limpias. Cierto. Pero éste, a la vez, apuesta por el libremercado y por unas recetas a la republicana. Obama, por su parte es, al menos sobre el papel, más de izquierdas en lo que respecta a las políticas económicas --siempre teniendo en cuenta todo lo de izquierdas qiue se puede ser en EEUU--. El tiempo dirá. En cualquier caso, de entrada y, hablando en genérico, sus propuestas no tienen mala pinta. Esperaremos a enero, a que tome posesión y luego a ver qué hace durante los primeros 100 días de rigor. Tras ese periodo podremos empezar a juzgar si Obama tiene más etiqueta que contenido y si realmente podremos hablar de obamanomics en contraposición a reaganomics y bushonomics.

Hablar de uno mismo

Hablar de uno mismo se hace difícil, pero creo que es de justicia agradecer al Col.legi d'Economistes de Catalunya, a la Revista Econòmica de Catalunya y a los miembros del jurado del premio Joan Sardà Dexeus 2008 la gentileza que han tenido al otorgarme este galardón. Al margen de las personas que han decidido darme el pemio, también creo que es momento de reconocer al medio en el que trabajo, El Periódico de Catalunya, donde desarrollo buena parte de mi actividad profesional, así como tener un recuerdo para todos mis compañeros, amigos, colegas y familiares que forman parte del ecosistema en el que nos movemos cada día. Recogiendo las palabras que pronunció el exdecano del colegio y actual presidente del Consejo General de Colegios de Economistas de España, Valentí Pich, a quien también se le hizo un reconocimiento público: No creo ser tan mayor ni haber hecho cosas tan importantes como para merecer ésto. Pero, en todo caso, he de admitir que el galardón supone un auténtico chute de adrenalina para seguir trabajando en el mundo de la información económica. Admito que puede parecer poco elegante hacerse autopublicidad, pero, en este mundo tan competitivo, si uno mismo no vende su propia marca-producto, ¿quién cabe esperar que lo haga? aparte de amigos y familiares, claro.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Ponerse verde

Vivimos en un planeta que está ciertamente caliente --por el cambio climático--, que es plano --por los efectos antifronteras de que genera la globalización-- y que está superpoblado; los tres elementos del último libro del periodista estadounidense Thomas Friedman (Hot, flat and crowded). Y es que las energías renovables y alternativas a las que proceden de combustibles fósiles son, más que necesarias, imprescindibles. Son un elemento central del discurso del candidato demócrata a presidente de EEUU, Brack Obama, para generar empleo y actividad. Pero no son solo una voluntad o el fruto de las ideas de un visionario. Son una auténtica necesidad. Es de las pocas formas que nos quedan de crear riqueza y aportar la energía que requiere el proceso de crecimiento para que los habitantes de este planeta puedan vivir con unos mínimos de dignidad, dañando lo menos posible el entorno. Por eso deben ser bien acogidas las propuestas gubernamentales dirigidas a a estimular este tipo de energías, siempre que traten de acotar la especulación --como la que se ha producido en España a cuenta de las primas por kw solar generado--. Inicialmente estas energías deben ser estimuladas porque, de lo contrario, no salen a cuenta. Es de esperar que se viva una auténtica burbuja especulativa basada en las empresas de productores y promotores de parques de placas fotovoltaicas, de instalacioens eólicas o de elaboración de biocumbustibles. De hecho, ya se está produciendo. Pero es que el mundo va por ahí, por la vía de ponerse verde, muy verde. De lo contrario se quedará oscuro, muy oscuro, y con pocas probabilidades de subsistir.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Próxima estación: las tarjetas de crédito

Vivimos una etapa de restricción del crédito. El impago de hipotecas torpedeó toda la estructura de derivados que Wall Street diseñó para generar una bola que, según estimaciones del Banco de Inglaterra, ha costado a las entidades financieras del todo el mundo más de 2,2 billones de dólares. Y la cifra no se para aquí. Seguro que será mayor. La insaciable imaginación de los magos de las finanzas también se valió del dinero de plástico, de las tarjetas de crédito, para crear activos negociables cuyos subyacentes empiezan también a dar síntomas de agotamiento. No es de extrañar que, en EEUU, se hayan empezado a restringir los límites de crédito con las tarjetas, a concederlas con cuentagotas y a cerrar el grifo de manera drástica. Las entidades de ese país ya han tenido que aflorar pérdidas de 21.000 millones de dólares en el primer semerstre de este año como consecuencia de los impagos por parte de titulares de tarjetas. Otro síntoma de desplome del empleo y, por tanto, del consumo de los hogares. Se avecina otra avalancha de números rojos por otro de los excesos de esa etapa en la que el dinero era tan barato que circulaba carente de límites y durante la que los bancos sucumbieron narcotizados por el potencial de negocio inmediato y perdieron de vista los mínimos elementos de prudencia. Ahora, muchos titulares de tarjetas se dan cuenta de que deben mucho más de lo que tienen. Y de esos polvos vendrán estos lodos en forma de otro seísmo financiero, descontado en parte por los mercados, pero no del todo. Si no, tiempo al tiempo.

sábado, 25 de octubre de 2008

¿Tiempo para el oro?

En tiempos convulsos como los actuales, los inversores suelen buscar alternativas. Lo habitual en casos como el actual es perseguir los activos-refugio. El oro, tradicionalmente, ha sido uno de ellos. Aseguran los expertos que es un valor seguro porque no se ve afectado por bancarrotas, no está controladopor unos pocos países y su demanda va al alza. Una cosa hay que tener en cuenta: no tiene que ocupar más del 15% de la cartera total de nuestras inversiones, es decir, es un elemento más para diversificar los riesgos, no el único. Los analistas afirman que el último trimestre y el primero de cada año son los periodos en los que los precios suben gracias al incremento de la demanda. Pero el oro no solo reluce. Aunque hace cuatro o cinco años costaba unos 250 dólares la onza y hacia marzo de este año superó los 1.000, en la actualidad está en el entorno a los 700 dólares. También está sujeto a las subidas y bajadas, pero, como inversión diversificada y para el largo plazo, da unos buenos réditos. O al menos eso es lo que afirman los especialistas. En todo caso, hay que tener en cuenta que las compañías que se dedican a custodiarlo para sus clientes para venderlo en el momento que estos digan en el mercado internacional y al precio del momento, no están supervisadas como los bancos o las aseguradoras. Tener los lingotes en casa no sirve para nada, ya que solo puede venderse a joyeros o chaterreros que pagarán el precio que consideren. Solo los intermediarios que lo custodian pueden venderlo en un mercado organziado. Pero son entidades similares a las de la inversión en sellos --recordemos el caso Afinsa--. La confianza en la entidad despositaria, por lo tanto, se convierte en un elemento esencial en la inversión con oro. Y eso, en tiempos como los actuales en los que hasta los bancos producen recelo, es mucho pedir ¿no?

martes, 21 de octubre de 2008

Mientras baje el euríbor....

El otro día alguien me decía que el interbancario es algo alejado de la economía real como lo es la bolsa. No estoy de acuerdo. Si hay un indicador que debamos seguir con detenimiento es el euríbor, que marca el precio que los bancos se prestan el dinero entre sí. Lleva ya ocho días consecutivos de bajada. Y eso es positivo, especialmente para la economía real, que podrá beneficiarse de que el dinero empiece a circular. No olvidemos tampoco que la mayorìa de las hipotecas están referenciadas a la media mensual de ese indicador para plazos de un año. Y si baja ese tipo de referencia, el interés del préstamo para pagar la casa, también. Si las entidades financieras empiezan a fiarse las unas de las otras y comienzan a prestarse dinero sin marcar un diferencial tan elevado con respecto al precio oficial del dinero --actualmente en el 3,75% en la zona del euro-- los particulares y las empresas volverán a recibir financiación. Tiempo al tiempo. Me decía un financiero que las cosas no volverán a su cauce hasta que el euríbor no se sitúe en torno al 4%-. Aún queda camino por recorrer, pero parece que ha comenzado la ruta de bajada. Esperemos que se mantenga.

lunes, 20 de octubre de 2008

ING y la caja fuerte


Los gobiernos en los países democráticos y con un mínimo estado del binestar están para proteger a los ciudadanos en los tiempos difíciles. La inyección holandesa de 10.000 millones de euros en ING es una medida de este tipo. Azotado por las caídas bursátiles, el banco holandés no ha tenido más remedio que recibir apoyo público. Es una decisión que, por extensión, persigue dar tranquilidad a los 85 millones de clientes que tiene en todo el mundo --más de 1,7 millones en España--. Hace tiempo que muchas personas se preguntan si el dinero no estaría más seguro en su casa que en un banco. Lo cierto es que no hay garantías al 100% de que no vaya a suceder nada a una entidad financiera, sea la que sea, pero mientras los gobiernos europeos muestren determinación por salvar bancos --especialmente si estos se lo merecen, como parece ser el caso-- no hay que temer. Desgraciadamente, las retiradas masivas de depósitos son las que destruyen a las entidadades e incluso al sistema. Y si se opta por sacar los ahorros del banco ¿qué hace uno con el dinero? ¿A qué entidad puede dirigirse? Son preguntas que muchos se hacen. La confianza es esencial. Esa es la columna vertebral de todo el sistema financiero. Solo hay un elemento a tener en cuenta: el dinero hay que depositarlo en bancos que nos inspiren confianza, esa variable tan depreciada últimamente. Ya sé que es difícil tenerla cuando ni las propias entidades se fían las unas de las otras, pero es imprescindible. Por una vez, pensemos que el Estado --que somos, en el fondo, todos nosotros-- velará por nuestros intereses y que no dejará que quiebren entidades con millones de clientes. Si no somos capaces de creerlo, si ni si quiera nos creemos que el Estado esté dispuesto a salvar a sus ciudadanos, corramos raudos a comprar una caja fuerte, pero eso --tengámoslo en cuenta-- tampoco garantizará la seguridad del dinero en nuestras casas, ya que siempre puede entrar un ladrón y vaciarnos la caja. Y ese dinero guardado en el hogar, a diferencia del que está depositado en un banco, no hay seguro que lo cubra, también tengámoslo en cuenta.

jueves, 16 de octubre de 2008

Don Emilio tiene razón

No suelo concidir con los banqueros. Y menos en estos días de crisis financiera nacida de su afán de ganancias. Pero el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, ha culpado a los "excesos" de la banca de la crisis actual. Notable. Y más viniendo de un banquero. Aunque no sea de los que han cometido las tropelías --al menos, que se sepa--, es bueno que algún representante del sector entone el mea culpa. Se entiende que lo hace porque cree que la responsabilidad de lo sucedido es de otros --algunos de los cuales, por cierto, está comprando en unas auténticas rebajas del sector financiero internacional--. Pero es un buen comienzo. Nadie con un mínimo de cerebro puede negar que muchas entidades se lanzaron a una alocada carrera de ganancias rápidas en la que perdieron cualquier referencia a los principios esenciales de la banca y el control de los riesgos y durante la que olvidaron que, al final, administran dinero ajeno. Botín da, de nuevo, muestras de su inteligencia como banquero y como negociante que está aprovechando la crisis actual para engrandecer su banco y no para llorar y lamentarse y pedir que le ayuden. Es cierto que la banca española no ha cometido los abusos de otras, o al menos no en un grado tan mayúsculo. Pero no porque no haya tenido tentación, sino porque está más controlada y supervisada. Y también porque algunas entidades han sabido nadar y guardar la ropa sin dejarse llevar por las euforias temporales que viven los mercados. En cualquier caso, no está mal que los representantes de un sector admitan, de vez en cuando, que cometen errores. Y más si lo hacen líderes de los mismos, como es el caso. Y, aunque lo hagan para diferenciarse del resto y aprovechar el contexto para ganar unos puntos en imagen pública ¿Acaso no estamos en el mundo de los negocios?

miércoles, 15 de octubre de 2008

Hacia un nuevo capitalismo

Como todo sistema económico o polìtico, el capitalismo tiene sus defectos. La actual crisis lo evidencia. Tras un liberalismo extremo que ha otorgdo a los mercados un auténtico cheque en blanco para que funcionaran a su aire no puede venir ahora un régimen de control absoluto en el que el Estado fije hasta los precios de las acciones de las empresas.
No obstante, lo que es obvio es que no se puede seguir como hasta ahora. La laxitud de las reglas, fomentado por los republicanos en EEUU y sus asesores de la Escuela de Chicago, permitió que surgiera un sistema financiero en la sombra formado por derivados e instrumentos financieros que carecen de todo tipo de control y que, solo cuando la economía real comenzó a dar síntomas de agotamiento, dieron ciertos indicios de su magnitud. Herramientas creadas para cubrir y transferir riesgos de forma eficiente se convirtieron en un elemento más de mercadeo y compra-venta. Al final, nadie sabe a ciencia cierta lo que hay bajo esos derivados porque su transacción permanente hizo que su rastro fuera difícil de seguir. No hay nada peor para restablecer la confianza que desconocer lo que uno posee y, claro está, lo que los otros poseen. Y es lo que les sucede a las entidades financieras. Ellas mismas se volcaron en estos instrumentos que eliminaban los riesgos de sus balances y que les proprocionaban ingresos gracias a la transformación de todo ello en activos negociables.
Hoy ese mercado en la sombra es el que dificulta la mejoría. La bola se hizo tran enorme e incontrolable que se hace imposible de abarcar. Hay quien asegura que solo el valor de los credit default swaps (CDS) --instrumentos que cargaban con el coste de posibles impagos de deuda a cambio de una flujo de ingresos , como una prima de seguro-- supera al del conjunto del producto interior bruto (PIB) mundial. Eran contratos entre dos partes que en muchas ocasiones cubrían riesgos de activos formados por préstamos hipotecarios de baja calidad y que luego fueron dispersándose por todo el mundo sin que comprador y vendedor tuvieran relación alguna. Ni el uno ni el otro sabían, en realidad, lo que tenían entre manos. Solo veían riesgo y, por tanto, elevados rendimientos.
Por todo ello, una vez que se han dado los primeros pasos para restablecer la confianza con medidas que costarán miles de millones de euros de los bolsillos de los contribuyentes, ha llegado la hora de plantearse unas nuevas reglas de juego. Siempre habrá quien descubra caminos para saltárselas, pero lo que es evidente es que hay que ir hacia un capitalismo con reglas globales y no con las normas locales con las que todavía funciona hoy. En un mercado global, normas globales. En eso parece que coinciden personas que piensan de forma muy distinta, desde el primer ministro británico Gordon Brown hasta el presidente francés Nicolas Sarkozy o el expresidente del Gobierno español Felipe González. Esperemos que esta avalancha de reflexiones no acabe como cuando los escándalos contables que eliminaron del mapa a Enron y Arthur Andersen hace siete años: una norma parcial que solo unos pocos entienden. Ahora es preciso un ordenamiento global en cuyo redactado participen el máximo de países.

lunes, 13 de octubre de 2008

Krugman gana a los neoliberales

A Paul Krugman no le sucederá lo que a John Kenneth Galbraith, insigne economista que falleció ya de mayor sin el reconocimiento del Nobel de Economía. Pienso que la Academina sueca ha acertado. Se puede estar a favor o en contra de Krugman, pero lo cierto es que es un pensador reconocido que ha realizado grandes aportaciones a la teoría del comercio internaiconal y, otra vertiente, le honra: Es un auténtico azote de la política neoliberal de la Administración de George Bush. Seguro que para el actual inquilino de la Casa Blanca, que al despropósito de la guerra de Irak y al desbarajuste en las cuentas públicas de EEUU suma casi la desaparición del capitalismo --aunque no ha sido solo culpa suya, con sus recetas neocons y las de sus asesores ha ayudado a que los abusos de Wall Street llegaran a cotas imprevisibles--. El premio a Krugman también resultará un varapalo para el batallón de neoliberales que bebieron de la Escuela de Chicago, auténtico filón de premios Nobel. Ahora, asumir que le toca el reconocimiento a un progre que ya advertía de los excesos de los apóstoles del libre mercado absoluto, no es para ellos un plato de buen gusto. Como tampoco lo fue el Nobel de Joseph Stiglitz en 2001. Eso ya, de por sí, es una buena gratificación para la mayoría de los mortales.

domingo, 12 de octubre de 2008

Recetas anticrisis a la europea


¿Será efectivo? Si nos tenemos que ceñir a la reacción inmediata de las bolsas, no nos fiemos. Tanto pueden subir como bajar, sin atender a razones. En todo caso, más nos valdrá un veredicto positivo que uno negativo. Sobre el papel, la deuda que emitan las entidades bancarias será, al menos hasta el 31 de diciembre del año que viene, como bonos del Tesoro e igual sucederá con los préstamos entre los bancos. Ese es uno de los puntos que acrodaron el domingo los jefes de Estado y de gobierno del Eurogrupo, lso 15 que funcionan con la moneda única ¿Bastará eso para que vuelva la confianza? Veremos. Por lo pronto habría que realizar una buena purga en los bancos y depurar responsabilidades. En definitiva, que los magos de Wall Street y los ingenieros de la basura subprime no se puedan ir de rositas, por ejemplo. Lo que han provocado hicieron es demasiado grande y grave y tiene un precio: 1,4 billones de dólares as escala mundial y subiendo. En cualquier caso, las medidas acordadas por el Eurogrupo huelen como a borde de precipicio. Si no funcionan, los resortes públicos para frenar una recesión global quedarán muy limitados. Más nos vale que sirvan para que se restaure la confianza, pero, a la vez, habrá que reescribir las reglas del juego del capitalismo. No es lógico que siempre acaben pagando los mismos ¿no creen?

jueves, 9 de octubre de 2008

Me temo que las hipotecas....


Una acción concertada sin prercedentes sirvió para que los principales bancos centrales bajaran el precio del dinero. Pero esa es la rebaja de un bien que, en algunos casos, es escaso. Solo con más inyecciones de capital para reanimar el mercado interbancario --que carece de la financiación de fondos exteriores de la que vivió hasta el verano del año pasado-- permitirá que el recorte se traslade a las hipotecas. Y eso, me temo, que no será a muy corto plazo. Los bancos se prestan, si es que lo hacen, el dinero a un año a más del 5%, que contrasta con el 3,75% fijado por el Banco Central Europeo. Y esa es la referencia para quienes pagan un préstamo hipotecario a cuyo interés hay que sumar un diferencial que puede llegar a ser de un punto o más. De todas formas, la bajada del precio oficial del dinero, aunque tardía, puede contribuir a solucionar un crisis que carece de precedentes y que no acabará hasta que los bancos hayan restablecido sus cuentas, para lo que los bancos centrales aún tendrán que tener lista la cartera e inyectar fondos. Habrá que esperar. Además, hay otro aspecto que no se mide con dinero, pero que lo encarece, y que cuesta mucho de restablecer. Esa variable es la confianza. Y esa aún tardará en recuperarse.

martes, 7 de octubre de 2008

Las europas bancarias


Europa nos tiene acostumbrados a no tener una sola voz. No son 27, pero casi. La respuesta dada a la necesidad de incrementar los fondos para garantizar los ahorros depositados en bancos y cajas ha sido desigual. Al final se da una solución conjunta, elevar de 20.000 a 50.000 el mínimo de euros cubiertos, pero casi ningún país aplicará ese nivel cuando estados como Irlanda o Alemania garantizan ya la totalidad de las imposiciones realizadas en los bancos ubicados en su territorio. De nuevo, Europa ha funcionado como una unidad de mercado y de moneda; pero poco más, Y eso ayuda poco a clamar los ánimos. Esperemos que esta nueva etapa de crisis sirva para mejorar la unidad de acción y no para que cada país actúe por su cuenta y riesgo sin tener en cuenta a los vecinos y, por cierto, socios.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Liberalismo de quita y pon


¡Qué curioso! Parece que hoy apenas hay liberales o que quienesse proclamaban como tales han dejado de serlo. Hasta el más recalcitrante de los defensores de un mercado sin reglas se ha vuelto protector. No pensaban lo mismo cuando ganaban mucho dinero. Hoy, ante la crisis del sistema, prefieren el intervencionismo o, lo que es lo mismo, que con los recursos que aportan todos los contribuyentes se socialicen las pérdidas ocasionadas por la insacible sed de ganancias de unos pocos. Y lo lograrán. En el fondo, más nos vale. Alguien --una persona con un cargo importante, aunque con sensibilidad de izquierdas-- me decía el otro día que en la actual coyuntura es malo actuar, pero también lo es no hacerlo. Por eso, es preferible salvar el sistema que dejarlo caer, porque ese desplome nos arrastraría a todos, especialmente a quienes no contribuyeron al desastre. ¿Saben lo peor de todo? Pues que una vez que se supere el trance, esos liberales que hoy se han puesto el disfraz de intervencionistas, volverán a ponerse la camiseta del libre mercado, del todo vale. Entonces, ante la perspectiva de volver a tener beneficios, se olvidarán del Estado y de socializar. Y es que las ganancias prefieren individualizarlas, es decir, quedárselas ellos. Por todo eso hay que aprovechar las posibles reformas que se introduzcan para limitar sus abusos. El mercado --es decir, ellos-- ya se encargarán de encontrar vías de escape para provocar otra futura hecatombe que habrá que socializar. Siempre lo han hecho. Y entonces, vuelta a empezar.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Hacia una nueva burbuja

Me bastan 10 años para recordar. En 1998, la Reserva Federal de EEUU tuvo que reunir a la gran banca para rescatar al fondo especulativo Long Term Capital Management (LTCM), entre cuyos promotores estaban dos premios Nobel de Economía. En la primavera de 2000, estalló la burbuja tecnológica. En España muchos perdieron ahorros con suflés como Terra. Luego vinieron los escándalos contables con Enron y otros imperios con pies de barro y contenido gaseoso gracias a los malabarismos con las cifras. La banca jugó a ese juego narcotizada por los grandes rendimientos que obtenía. Una auditoria histórica como Arthur Andersen desapareció. En 2007 comenzó la crisis nacida de las hipotecas basura. ¿Quién nos asegura ahora que, sea la que sea la solución que se adopte para descontaminar el sistema financiero, no volveremos a tropezar en un tiempo en otra piedra? Es cierto que la crisis actual se asemeja a la de 1929 y que la solución que se plantea --la intervención del Estado--, también. Precisamente por ello, han transcurrido casi 80 años y volvemos a estar igual. ¿No estaremos, de nuevo, poniendo las bases para una futura nueva burbuja? El capital siempre ha sabido encontrar sus propios caminos. La historia lo demuestra...

viernes, 19 de septiembre de 2008

La factura de la crisis

El otro día me preguntaba quién pagaría la quiebra de Lehman Brothers o el rescate de AIG. Desgraciadamente, la cosas a veces son lo que aparentan. Es evidente que a los estadounidenses y, seguramente al resto delos mortales, se les pasará la factura. La primera economía del mundo, el gran templo del capitalismo, prepara su mayor plan de salvación de la economía desde la crisis del 29. Lo sucedido en medio, desde los años de la Gran Depresión hasta el quebranto provocado por las hipotecas subprime, han sido juegos de niños hasta llegar, una crisis tras otra, a pefeccionar las fórmulas con las que ganar más dinero. La sofisticación financiera ha ido creciendo, quebranto tras quebranto -- recordemos Long Term Capital Management (LTCM) hace solo 10 año-- y después de apoyos públicos. Y con todas experiencias, el sistema financiero se las ha ingeniado para crear nuevos sistemas con los que ganar más y más dinero. Los primeros esbozos apuntan a que una agencia estatal de EEUU --es decir, pública-- se hará cargo --o, mejor dicho, comprará-- los activos que nadie quiere en los mercados --es decir, que no quieren ni los bancos ni los inversores institucionales--, para salvar a las entidades financieras de la quiebra. Claro, eso será con cargo al dinero de los contribuyentes, muchos de los cuales confiaron en su día sus ahorros a estas empresas que simplemente los dilapidado. Ya se sabe: Si el problema que creas es de dimensiones gigantescas, como es el caso, siempre estará papá Estado, es decir, el dinero de todos los ciudadanos, para resolverlo ¿Acaso hay otra salida? Así las entidades financieras se sanearán y podrán volver a ser liberales, que es lo que más les gusta cuando hay beneficios. Para cubrir las pérdidas de los tiempos difíciles ya estamos los demás. Lo único que se me ocurre es que a la vez que las salvan de la queibra habría que someterlas a una estrecha supervisión y control para evitar, en la medida de lo posible que tengamos que volver a pagar la factura y, por tanto, en el caso de que haya quebranto, hacer que sean ellas las que tengan que abrir la cartera o restar de sus beneficios los costes de las crisis que ellas mismas provocan. si no les llega el dinero, que no se preocupen, ya pondremos el resto una parte.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Crisis, 'ninjas' y otros defectos del sistema

El sistema financiero se ha revelado francamente débil. Los más desvalidos, a los que la banca recurrió para tratar de ganar más dinero -los famosos ninjas (sin ingresos, sin trabajo ni activos-- , han destapado las vergüenzas de un modelo que requiere una profunda revisión. Como reflejan las caras descompuestas de los inversores en bolsa, todo está impregnado y contaminado con activos sin valor o lo que casi es peor, nadie conoce a ciencia cierta el volumen del desastre que ha provocado la codicia sin límites y las ganas de ganar dinero a cualquier precio. Esa maldita y perversa combinación ha roto la confianza, ese elemento que alimenta las entrañas de los mercados y sin el que no pueden funcionar con normalidad. Ese fino hilo cuesta mucho de fortalecer, pero muy poco de quebrar ¿Podrán recomponerlo esos mismos que han provocado su ruptura? Antes, seguro, el panorama financiero tendrá que cambiar con fusiones, compras y reestructuraciones. Ah!, y por enésima vez, como cada vez que se produce una crisis, algunos elementos del sistema deberán estar sujetos a unos mayoers controles y a una supervisión más estrecha, que es eso que tanto odian aquellos que, en los tiempos de bonanza, individualizan las ganancias, pero que en las situaciones difíciles, pretenden colectivizar las pérdidas que han provocado. Lo malo del caso es que, aunque sea en parte, lo consiguen. Y es que la inacción, el dejar que el desaguisado se resuelva solo sin que los bancos centrales inyecten dinero, tendría unas consecuencias todavía peores.

martes, 16 de septiembre de 2008

¿Quién pagará por Lehman Brothers?

La fisonomía de Wall Street está cambiando a marchas forzadas. La quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de EEUU, lo constata. Solo quedan dos grandes entidades especializadas, Morgan Stanley y Goldman Sachs, porque además de Lehman, Merril Lynch será engullido por el Bank of America y Bear Sterns ya desapareció. Así se pagan los platos rotos por una etapa en la que estas firmas se volcaron en la ganancia rápida por la vía de trocear los riesgos hipotecarios y repartirlos por el sistema y por el mundo. Pero esos activos tóxicos que están contagiando hoy a otras entidades y a otros sectores, como el asegurador --véase lo que está pasando con AIG--y los excesos de esas entidades que no están supervisadas por las autoridades monetarias y econonómicas no los van a pagar sus hasta ahora tan bien reumerados directivos. Será un problema del sistema, lo que equivale a decir, un problema de todos. Sea directa o indirectamente todos sufriremos las consecuencias de unos excesos que han llenado los bolsillos de unos pocos y que han vaciado o reducido los de muchos otros.

martes, 9 de septiembre de 2008

Google reta al reino 'offline' de Microsoft


Google no solo ha creado un navegador propio, el Chrome, como medida ofensiva sino defensiva frente a Mocrosoft. Lamisma compañía lo ha admitido. Con la iniciativa de un navegador propio, que en realidad es una especie de sistema operativo o plataforma en la red para trasladar a internet todas las aplicaciones, pretende frenar la posibilidad de que el gigante de Seattle creado por Bill Gates traslade su primacía en sistemas operativos y aplicaciones al terreno on line. ¿Recuerdan lo que sucedió con el navegador Netscape, que era el líder, y fue literalmente aplastado por Microsoft al incluir esta compañía su propio navegador, el Explorer, en el sistema operativo de la mayoría de los ordenadores del planeta. Así se deshizo de un rival que le había ganado la partida. Google ya tiene una serie de aplicaciones con las que convierte la red en un sistema operativo universal, aunque apenas ha restado clientes a su competidor. Microsoft podría tener la tentación de crear una plataforma para internet propia siguiendo la misma política que siguió con el Explorer. De hecho, ya trató de ganar peso en internet con la compra, hasta ahora fallida, de Yahoo. Ante todo ello, Google ha movido ficha para retener su liderazgo en la red y, de paso, tratar de quitar peso a Microsoft en su reino offline. Veremos cuáles son los próximos capítulos de esta nueva batalla por el liderazgo en internet...

martes, 2 de septiembre de 2008

Nuevo curso con incertidumbres


Un retorno con dudas e incertidumbres. Septiembre empieza con un auténtico mazazo en forma de un paro registrado desbocado, que supera con creces los 2,5 millones de desempleados. Más noticias negativas están por venir con la entrada del nuevo curso, porque la crisis todavía no ha tocado fondo. La situación de las empresas constructoras-promotoras no mejora tampoco y suenan tambores nuevos posibles concursos de acreedores. Con todo este ambiente, habrá que recargar bien las pilas y empezar a buscar y rastrear en busca de noticias positivas, con tal de remontar el ánimo, porque en esto de la economía, las expectativas y la confianza tienen mucho que aportar y, no lo olvidemos, los ciclos económicos, en los que se pase del auge a la depresión y viceversa, siguen existiendo, mientras que no se demuestre lo contrario.

domingo, 24 de agosto de 2008

Energía como alternativa


En tiempos convulsos como los que corren es preciso buscar alternativas para la inversión. Y una de ellas es la energía, pero no la tradicional, sino las alternativas. Pero, coomo sucede con todos los sectores emergentes, los precios alcanzados por estas compañías huelen en muchos casos algo a burbuja. No es que se puedan comparar con la construcción, pero sí que hay mucho de suflé mucho aire entre el precio actual y el que tendrían que tener. Por lo tanto, ojito porque no es oro todo lo que, en apariencia, reluce. Pero cuando infinidad de compañías, incluida la todopoderosa Google, se han volcado en investigar, invertir y apostar por las fuentes alternativas al petróleo, desde la eólica hasta el hidrógeno, es que algo hay. Lo que pasa es que muchas de ellas están en sus inicios. Por ejemplo, la solar fotovoltaica: Para generar un megavatio de esta energía se precisan hasta tres hectáreas de terreno, cuando con un único aerogenerador se puede alcanzar una potencia de más del triple. Hay que estar atentos a las posiblidades de cada energía. Peo, en todo caso, aunque seguramente la acciones de muchas de estas compañís protagonizarán algún nuevo susto en los mercados --es ley de vida bursátil, las modas generan euforias y estas povocan posteriores depresiones-- estamos ante un sector con un gran futuro. Hay que seguir este tipo de compañías y hacer apuestas tras haberles hecho un seguimiento serio para distinguir,como en todos los sectores, el grano de la paja. Y seguro que hay mucha paja, pero también grano. Suerte.

viernes, 8 de agosto de 2008

¿Funcionarios o servidores públicos?


Criticados, vilipendiados y denostados. Los funcionarios suelen ser objetivo de animadversión por parte de todo el mundo. Pero, no es de extrañar. Son el único colectivo que tiene garantizado el empleo de por vida. Es cierto que suelen cobrar menos que la media, pero la contrapartida de la que disfrutan es la estabilidad. Son, también, quienes mejor pueden beneficiarse de las políticas de conciliación de la vida laboral y familiar; a quienes más protegen los sindicatos por su capacidad de movilización, , quienes pueden escoger enter prestaciones sanitarias públicas o privadas o planes de pensiones complementarios sin apenas esfuerzo o quienes más carecen de incentivos o estímulos para dar un buen servicio: Por mal que lo hagan tienen garantizado el empleo. No estaría mal caminar hacia un concepto distinto del español. La propia palabra, funcionario, viene a significar algo así como una actividad meramente instrumental, sin planificación ni estrategia. Yo apostaría por la filosofía anglosajona de civil servant, es decir, servidor público o civil. No en vano los funcionarios perciben su sueldo de lo que los demás pagamos a través de los impuestos. Los políticos, muchos de ellos funcionarios, los suelen utilizar, como hacen con los jubilados, para ganar elecciones, es decir, como meros instrumentos. Igual que cuando les congelan el sueldo para demostrar que aplican la austeridad en el gasto. Temen, a la vez, tocar cualquier privilegio del colectivo, mientras que amplían la nómina pública con cargos de confianza, asesores, amigos y consejeros que, en muchos casos empiezan como temporales y que a veces acaban convertidos en nuevos contratos indefinidos, y, por tanto, intocables. Eso demuestra o que el sector público supone un buen cobijo para los amigos de quienes tienen el poder o que, a pesar de los millones de funcionarios existentes, los políticos no se fían y prefieren practicar el amiguismo o fichar a personajes de prestigio. A nadi se le escapa que la palabra funcionario irradia muchas connotaciones negativas, pese a que, como en todos los colectivos, hay persona de todo tipo. En todo caso, ya sería hora de que empezara a debatirse sobre la posibilidad de que el estatuto incomparable de estabilidad y ventajas del que disfruta el funcionariado con respecto al resto de los trabajadores fuera modificado. En resumen, no me parecería mal que cobraran más, pero que, como contrapartida, asumieran riesgos como el resto de trabajadores, entre ellos el despido, y que dispusieran de incentivos para dar un buen servicio. Para eso también tiene que cambiar la mentalidad de ese ente amorfo que se denomina Administración y la de sus principales gestores, que a veces parece disponer de vida propia o funcionar por mera inercia. Seguro que así en lugar de funcionarios contaríamos o disfrutaríamos de las ventajas de tener unos auténticos servidores públicos ¿Qué les parece?

martes, 5 de agosto de 2008

La banca gana


Lo que voy a decir tal vez sorprenderá. Y más en los tiempos críticos que corren para el sistema financiero. Pero la banca siempre gana. Habrá algunas entidades que sufrirán --números cantan--, pero lo cierto es que pocas actividades privadas son capaces de transferir los riesgos y fallos propios al resto de la sociedad. Cuando una entidad de cierta dimensión tiene dificultades el banco central del país en cuestión corre raudo a facilitar fondos --que son de todos-- para evitar que el colapso de uno afecfe a todo el sistema. Y eso es lo que está sucediendo y, mucho me temo, que sucederá ¿No fueron los bancos los primeros que acudieron prestos a proporcionar préstamos hipotecarios por encima del 100% del valor de la vivienda? ¿Son esos mismos los que ahora no dejan dinero ni a quien lo tiene y, en cambio, reclaman fondos a todo aquel con el que se tropiezan? Si alguien es responsable de haber dejado a quien no debía es la banca. ¿O acaso es culpable aquel que pedía el dinero y se lo prestaban? Bueno. Lo cierto es que esto es solo una pataleta, porque, tal como funciona todo, es difícil que, en caso de dificultades de una entidad, no tengamos todos que correr para poner dinero. En todo caso, lo que hay que reclamar es una supervisión potente y consistente para evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan sorpresas desagradables en forma de aportación pública para salvación privada. He dicho.

lunes, 4 de agosto de 2008

Más paro, menos renta...

Los peores pronósticos se confirman. El paro registrado en julio fue el más alto en 10 años. Menos personas trabajando suponen menor renta disponible de muchas familias. Y ese sí que es un problema para una economía. El crecimiento del consumo no se resiente mientras haya empleo. Sí en cambio que se frena cuando los ingresos periódicos dejan de entraren losa hogares. Nos acercamos a los 2,5 millones de parados registrados en las oficinas de Inem. Está claro que lo peor de la crisis aún no ha llegado. Solo cuando el desempleo empiece a bajar podremos cantar victoria. Y eso está lejos de suceder todavía. El paro es uno de los peores aliados para el crecimiento. Cuantas más personas estén sin trabajo, menores posibilidades de crecer. Y una economía que en términos anuales crece menos del 1% cuando hace un año lo hacía casi el 4%, sigue generando personas sin empleo. Es como un círculo virtuoso, o vicioso, según como se mire. Si los peores augurios si confirman, como así parece, el desempleo, que viene en gran medida de una construcción frenada, pero también se otros sectores que se han visto contagiados, seguirá al alza al menos hasta mediados del año que viene. Mejor será que nos acostumbremos a las malas noticias antes de que lleguen.

jueves, 31 de julio de 2008

Billetes de avión con trampa


Bienvenidos al mundo de las trampas aeronáuticas. Vueling, ese proyecto de aerolínea que acabará fundiéndose con Clickair --su principal rival-- para ver si entre las dos pueden salvarse, ha descubierto, como han hecho otras compañías, el secreto para ingresar más y reducir pérdidas: Cobrar de forma tramposa y casi ilimitada por las maletas. No conformándose con cargar 10 euros por bulto --de equipaje, se entiende-- al realizar la reserva por internet --que se convierten en 20 por cada maleta por la que nos se les ha avisado de antemano-- ahora cargan por el exceso de peso 8 euros por cada kilo que supere el límite. En resumen, un sobrepeso de 8 kilos se traduce en 64 euros --más de 10.000 pesetas por si no quedaba claro--. Y no es un invento o especulación. Lo sé a ciencia cierta porque lo he vivido ¿Qué será lo siguiente? ¿Abroncar al pasajero antes de subir al avión por no haber advertido de antemano de que llevaría una maleta más? ¿Pagar un plus por poder sentarse o poder escuchar el MP3? ¿Llegar cinco horas antes del embarque para que no nos penalicen? ¿Cobrar un bvuen recargo por la tabla de surf como hace Easyjet? Señores. Así no van bien las cosas. ¿De qué nos sirve un billete barato si luego los distintos recargos --carburante, maletas, seguros, por pago con tarjeta, por gastos de gestión y demás- cuestan más que el billete en sí, cuando no hacen que este acaba costando el doble o más de lo que habíamos previsto? Entiendo que el petróleo no deja margen para mucho low cost, pero al menos no camuflen la realidad y engañen a los pobres pasajeros que empiezan pensando que el billete les costará 30 euros por trayecto y, finalmente, acaban pagando hasta 100 o más. Eso no es servicio. Eso es trampa.

miércoles, 30 de julio de 2008

¿Es obligatorio comprar el iPhone?


Realmente vivimos en una sociedad vícitma del consumismo y de las marcas comerciales. En los últimos días, me viene a la cabeza una pregunta: ¿Es obligatorio comprar el iPhone de Apple? Lo digo porque se me acercan personas vedaderamente desesperadas porque han acudido a una tienda de Movistar, la filial de Telefónica que comercializa estos dispositivos en España, y se han encontrado con que, según les han dicho, la demanda no cubre la oferta. En resumen, que se les han acabado los modelos. "Vuelva usted mañana a ver si hay suerte" les dicen ¿No será el viejo truco de promover la escasez para provocar aún más necesidad? El mercado está lleno de terminales de móvil. Es cierto que pocos ganan en originalidad de diseño al iPhone. Otra cosa son las prestaciones. No olvidemos que la gran apuesta de Apple tiene defectos, desde una escasa duración de la batería hasta otros que han comentado muchos especialistas. El gran triunfo de Apple no es tener clientes sino seguidores, fans. Ahí radica la clave de su éxito. Si uno trata de evitar la gran oleada de mensajes a favor del iPhone, se da cuenta de que en el mercado hay otras opciones que tal vez son incluso mejores. La técnica de dejar sin cubrir toda la demanda no es nueva. La emplean las mejores marcas comerciales, desde Zara con determinados modelos, hasta los fabricantes de videoconsolas. Se trata de provocar ansiedad y necesidad de comprar el producto. Por parte del usuario, la mejor defensa es plantearse si es imprescindible sufrir tanto por un dispositivo que, en realidad, ofrece cais lo mismo que el resto con la diferencia de que uno se convierte en prisionero del formato, el auténtico negocio de Apple. No es que el iPhone me parezca feo o deplorable. Al contrario. Alabo el ingenio y diseño de Apple. Lo que me pregunto es si merece la pena sufrir por conseguirlo. Sinrecaramente, creo que no. En el mercado hay muchos móviles, reproductores de MP3 y demás entre los que elegir. Seguro que si bajanlas peticiones en las tiendas de Movistar empezarán a aparecer cajas llenas de iPhone.

martes, 22 de julio de 2008

De negro al rojo


En solo un año, el Estado ha pasado de un superávit de más de 5.000 millones de euros a un déficit de más de 4.000, el primero en tres años. Es uno de los principales indicadores de que la economía no solo se desacelera sino que se ha frenado. Lo advertíamos hace unas semanas: Menor actividad, menos impuestos. Y así ha sido. La crisis que sufren las arcas autonómicas por la caída de ingresos procedentes de la actividad inmobiliaria ha impactado de llego en las cuentas del Estado. El encarecimiento del petróleo y unos menores ingresos por el IVA y el tributo que grava los beneficios de las empresas han devuelto a los presupuestos del Estado su color rojo tradicional. El negro era transitorio. No hay nada de malo en que el Estado gaste más de lo que ingresa cuando la economía va mal. Es una forma de animarla. Pero, mucho me temo, que medidas como los 400 euros --que en realidad son 200 en junio y 33,33 cada mes entre julio y diciembre-- poco harán por aumentar la actividad y, en cambio, han reducido la hucha del Estado. Por cierto, esa suma todavía no se ha computado en la ejecución presupuestaria hasta junio. Quizás por eso el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, ya admitía el pasado lunes que este año se puede cerrar el ejercicio con un déficit "moderado". Me temo que será más que moderado porque a los gastos como los 400 euros se sumarán fuertes aumentos de las partidas destinadas a cubrir el desempleo. Y cuando las cuentas no cuadran solo hay dos formas de que lo hagan: más ingresos o menos gasto. Las subidas de impuestos pueden ser un camino y advertencias como las de Bruselas en el sentido de que los carburantes y el tabaco están menos gravados en España pueden ser una excusa de gran ayuda en la actualidad para el Gobierno. Los impuestos indirectos son una posibilidad porque se notan algo menos que los directos, aunque inciden en el precio final y, por tanto, en el ánimo de los ciudadanos. En el otro lado, solo queda la posibilidad de recortar gastos corrientes, como salarios o compras de bienes y servicios, publicidad y demás porque reducir inversiones no haría más que desestimular aún más la economía. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, tendrá que demostrar que puede cuadrar el círculo. Pronto verenos qué hace para que unas cuentas que se han teñido de rojo vuelvan al color negro o, al menos, reduzcan la intensidad de ese encarnado que tanto desánimo produce.

lunes, 21 de julio de 2008

Una buena purga


Los excesos se pagan. Y la construcción está llena de ellos. Basta con mirar alrededor y contar grúas y edificios. En las etapas de bonanzas no vi a ningún constructor ni promotor que pidiera ayuda al Gobierno. Eran todos muy liberales. Es ahora que la piden. Ahora que no venden un piso recuerdan al Estado o, mejor dicho, los impuestos que pagamos entre todos. Mal haría un Gobierno si, con el dinero de todos, ayudara a purgar excesos privados. El Estado tiene la obligación de proteger mediante un seguro a todos aquellos que se queden en el paro y por el que cotizaron cuando tenían empleo. Pero es que el sector del ladrillo gusta de socializar las pédidas, pero no esos ingentes beneficios que se embolsaron a lo largo de varios años. No todos los promotores y constructores están igual de mal. Los hay que supieron evitar la tentación de ganar hasta el último euro y entrevieron que no siempre se podía subir sin límites y tomaron medidas preventivas hasta de que llegar al crisis. Los que piden ayuda son aquellos que emprendieron obras, se endeudaron --con la complicidad de una banca ávida de beneficios-- con el objetivo de exprimir hasta el último céntimo de la etapa de expansión. Yo no digo que se les deje morir, tal vez puede haber fórmulas de que se reconviertan algunas viviendas en pisos protegidos, pero perdiendo el promotor muchas de sus ventajas. Pero de ahí a que el Estado aporte recursos para que algunos no tengan que acudir al concurso de acreedores, hay un enorme trecho. El sector, lo dijo el vicepresidente económico, Pedro Solbes, requiere una buena purga. O ¿a caso no la sufre una familia que ha abusado del endeudamiento para llevar una vida a un ritmo elevado?