viernes, 9 de enero de 2009

¿Innovan las eléctricas?

Para caminar hacia un nuevo sistema energético menos dependiente de los combustibles fósiles como el petróleo o el gas con el objetivo de frenar los efectos de la contaminación sobre el clima hace falta innovación. Eso significa dedicar ingentes esfuerzos humanos y económicos a mejorar las energías renovables y otras fuentes que puedan surgir, así como a profundizar en las redes inteligentes o las fórmulas para capturar el dióxido de carbono emitido por las centrales eléctricas convencionales, entre otras actividades.
Pero las cifras son crueles y nos muestran, una vez más, que las novedades revolucionarias no suelen provenir de los sectores o las industrias establecidas --recordemos a Apple, una compañía tecnológica que revolucionó la industria discográfica o a Amazon que transformó la venta por internet de libros y luego de otros productos o lo sucedido con las cámaras fotográficas, segmento en el que dominan nuevos actores que previenen del campo tecnológico --. La historia parece que vuelve a repetrise. Las compañías eléctricas españolas dedican unos 120 millones de euros a estos menesteres, la décima parte de lo que aporta el conjunto del sector --desde fabricantes de equipos hasta las universidades-- y el 0,66% de sus ingresos totales, según detalla un estudio promovido por la patronal eléctrica, Unesa. Suena a poco y más bien a nada si se compara con el PIB (apenas supone unas centésimas del mismo). El panorama no es más halagüeño en EEUU, donde este esfuerzo supone apenas el 0,11% del PIB. Como asegura irónicamente Thomas L. Friedman en su último libro Hot, flat and crowded, esa cifra apenas da para unas suscripciones a Scientific American y es inferior incluso a la que dedica a la innovación la industria estadounidense de los alimentos para animales. Japón se sitúa en cabeza con el 0,44% del PIB, una proporción cuatro veces mayor. Eso sí que es estar atento a lo nuevo.
Probablemente las grandes novedades vendrán de Asia o tal vez de otra zona, pero casi seguro que serán sectores distintos a la industria eléctrica e incluso inesperados --como lo pueden ser los productores de baterías en el campo de los automóviles limpios-- Y es que esto ya parece irremediable: las grandes innovaciones surgen de industrias nuevas o modestas, no de las establecidas, que suelen focalizar sus esfuerzos en conservar lo que ya tienen y en dinamitar los movimientos que les incomodan. Lo conté también en algunos de mis libros, como Sucedió en Wall Street. Y todo apunta a que volverá a suceder y que Acciona, Gamesa u otras tomarán el relevo, a no ser que alguna eléctrica tradicional tome nota y se apresure a redoblar sus esfuerzos de innovación como ya han hecho en el campo de los vehículos limpios algunos fabricantes de coches.