sábado, 25 de octubre de 2008

¿Tiempo para el oro?

En tiempos convulsos como los actuales, los inversores suelen buscar alternativas. Lo habitual en casos como el actual es perseguir los activos-refugio. El oro, tradicionalmente, ha sido uno de ellos. Aseguran los expertos que es un valor seguro porque no se ve afectado por bancarrotas, no está controladopor unos pocos países y su demanda va al alza. Una cosa hay que tener en cuenta: no tiene que ocupar más del 15% de la cartera total de nuestras inversiones, es decir, es un elemento más para diversificar los riesgos, no el único. Los analistas afirman que el último trimestre y el primero de cada año son los periodos en los que los precios suben gracias al incremento de la demanda. Pero el oro no solo reluce. Aunque hace cuatro o cinco años costaba unos 250 dólares la onza y hacia marzo de este año superó los 1.000, en la actualidad está en el entorno a los 700 dólares. También está sujeto a las subidas y bajadas, pero, como inversión diversificada y para el largo plazo, da unos buenos réditos. O al menos eso es lo que afirman los especialistas. En todo caso, hay que tener en cuenta que las compañías que se dedican a custodiarlo para sus clientes para venderlo en el momento que estos digan en el mercado internacional y al precio del momento, no están supervisadas como los bancos o las aseguradoras. Tener los lingotes en casa no sirve para nada, ya que solo puede venderse a joyeros o chaterreros que pagarán el precio que consideren. Solo los intermediarios que lo custodian pueden venderlo en un mercado organziado. Pero son entidades similares a las de la inversión en sellos --recordemos el caso Afinsa--. La confianza en la entidad despositaria, por lo tanto, se convierte en un elemento esencial en la inversión con oro. Y eso, en tiempos como los actuales en los que hasta los bancos producen recelo, es mucho pedir ¿no?