martes, 18 de mayo de 2010

Más impuestos. Primera fase

Lo decía hace poco. Subirán los impuestos. En Catalunya, el conseller de Economia, Antoni Castells, lo ha ratificado: El tipo de impuesto sobre transmisiones patrimoniales (ITP) pasará del 7% al 8%, lo que supone un incremento del 14,29%, el mismo que en el tipo reducido del IVA que, a partir del 1 de julio pasará del 7% al 8%. Y solo es el comienzo del arsenal para frenar las consecuencias de la crisis en las finanzas públicas. Es de prever que se producirán nuevas alzas para reponer las vacías arcas de las Administraciones. Hay expertos muy voluntariosos que recomiendan aumentos coordinados en toda Europa. En todo caso, esto es solo el inicio de lo que se avecina.

Gasto, impuestos y demagogia

La batalla ha comenzado. No solo habrá recorte o tijeretazos de gastos --aún por concretar al milímetro--, sino que subirán los impuestos. Y no será solo el IVA, cuyo tipo general subirá dos puntos en julio. No sería de extrañar que se resucitara el impuesto del patrimonio, que fue reducido a cero, pero no suprimido por el Gobierno; sino que es posible que haya incrementos en tributos directos como el IRPF. Las fuerzas de izquierdas lo defienden con el argumento de que hay que repartir la factura de la crisis y que paguen más aquellos que más tienen. Una teoría como cualquier otra. Y ese puede ser uno de los pocos apoyos que logre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para su plan de ajuste que, de ser así, tendrá que modificar. Y no sería de extrañar que, tras negociaciones parlamentarias, acaben subiendo otros gravámenes más "invisibles" y regrevisos, pero mneos dañinos políticamente, como los que recaen sobre las gasolinas, el tabaco y los alcoholes. Cuando aumentan éstos hay quejas, pero éstas se desvanecen al poco tiempo. El portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, defensor de bajadas selectivas de impuestos, advertía ayer Barcelona ante un foro empresarial en la Cámara de Comercio la posibilidad de subidas. Lo advertía, claro, porque está en contra. Y lo está porque prefiere las bajadas de tributos -y ¿quién no?- que, a su entender, estimulan la actividad y, por tanto, incrementan los ingresos, en contra de lo que él considera "planteamientos de izquierdas demagógicos y trasnochados" ¿Pero es eso posible ahora? ¿O solo lo es visto y dicho desde la oposición? ¿No son esos planteamientos demagógicos y trasnochados de un liberalismo que se ha revelado también repleto de deficiencias? En todo caso, la cuadratura del círculo es imposible y la verdad es que no serán suficientes los recortes de gasto, sino que habrá que subir impuestos, sean unos u otros --eso depende del sesgo ideológico de quienes lo decidan-- porque el Estado necesita recursos. Está seco. Lo digo porque veo que ni unos ni otros nos dicen toda la verdad. Y ya va siendo hora de que lo hagan.