miércoles, 2 de diciembre de 2009

Sostenibilidad por ley

Como catálogo de buenas intenciones se puede decir que la ley de la economía sostenible es correcta. Pero ¿se puede modificar el modelo económico mediante una norma o un conjunto de ellas? Es tal la tradición burocrática de este país que los gobernantes -- los de ahora y los anteriores-- tienden a pensar que basta con regular para que se produzca un milagro que acabe con la crisis. Bien estará sin algunas de las medidas desperdigadas por el texto propuesto por el Gobierno sirven para aumentar la eficiencia ni que sea de la Administración. Es una propuesta que incluye desde desgravaciones fiscales hasta medidas destinadas al ahorro energético o a reducir la morosidad. Nadie duda de que los incentivos desde bien dirigidos desde el sector público pueden estimular deterimadas actuaciones o actividades y también pueden porovocar lo contrario (¿Qué produjo si no la desgravación por la compra de vivienda?) ¿Quién se puede oponer, de entrada, a algunos de los principios que propone la norma? Tampoco sirve de mucho la demagocia que pueda practicar la oposición. No olvidemos que el modelo basado en la construcción se disparó y afianzó con el PP en el Ejecutivo. En todo caso, lo que es indudable es que los cambios profundos requieren modificaciones de la misma magnitud e incluso más, en el sistema educativo, en las infraestructuras en una mayor potenciación de la innovación... Difícilmente se pueden llevar a cabo mediante grandes declaraciones de intenciones. En fin, requieren de un modelo planificado, bien meditado y madurado, como los buenos vinos. Ah! Y a poder ser, totalmente consensuado. En algunas autonomías lo han logrado. Se han marcado una estrategia pactada para muchos años, al margen de coyunturas electorales ¿Podrá eso ser así a nivel de España?