miércoles, 19 de noviembre de 2008

Ayudas anticrisis

Si en algo hay consenso en la actualidad es en la necesidad de estimular la economía. ¿Debe hacerse mediante apoyos públicos a sectores concretos, es decir, con el dinero de todos los contribuyentes? Esa es la gran pregunta. Si se hace así, la siguiente cuestión es: ¿Por qué a un sector sí y a otro no? La tendencia inmediata es decir al automóvil, sí; a la construcción, no. Pero ¿por qué? Es cierto que el ramo del ladrillo ha ganado mucho más dinero que el resto estos años con la especulación, con la ganancia rápida y fácil. Pero de eso nos hemos beneficiado todos, en mayor o menor medida. Y no digamos los bancos. Y ¿por qué no ayudar a los fabricantes de electrodomésticos? ¿y a los propietarios de medios de comunicación? Si en algo estamos de acuerdo es en que el modelo de crecimiento de los últimos años se ha agotado. Por lo tanto, necesita una reforma, una auténtica revolución. Y yo me pregunto ¿es la ayuda pública directa al más ineficiente la forma de estimular la economía? Dado que una parte de la crisis actual se debe a que se reduce el consumo por la caída del empleo. ¿No sería más efectivo poner más dinero en el bolsillo de los ciudadanos mediante rebajas de impuestos? ¿No sería mejor facilitar desde la Administración la creación de nuevos negocios para emprendedores dispuestos a crear puestos de trabajo? Seguro que los efectos de estas medidas no serían ten inmediatos y efectistas como las ayudas a sectores determinados. Pero ¿estamos seguros de que el apoyo a un ramo de actividad o a otro servirá para solventar sus problemas a largo plazo? ¿De qué servirá que un fabricante de coches reciba una inyección de fondos si los clientes no están dispuestos a comprar, porque no reciben crédito para ello o porque han perdido su trabajo? El estímulo no debe instrumentarse mediante premios al ineficiente. Esa es una mala señal de cara al futuro, un mal incentivo para conducir la economía hacia el buen camino. Los estímulos deben ser generales, porque la crisis es general. Con parches pararemos la hemorragia unos días, pero no superaremos la enfermedad que, en cualquier momento, se reproducirá.