jueves, 12 de junio de 2008

El reto de la educación


Si España quiere ser más productiva --algo que es la clave de la prosperidad en las sociedades modernas-- debe mejorar su sistema educativo, no ampliar laas horas de trabajo o limitarse a reducir plantillas. Se habla mucho de todo ello pero, en general, se ve con una perspectiva muy desde fuera. Me explico. Es como si el fracaso del sistema educativo no fuera con la mayoría. Como si fuera algo que no compete al conjunto de la sociedad. Las cosas no cambiarán hasta que se perciba este fracaso--que lo es teniendo en cuenta los niveles de abandono y de jóvenes que dejan los estudios-- como algo colectivo, es decir, como un fracaso de la sociedad en su conjunto. Y es que la educación es algo esencial para ganar productividad y, por tanto, capacidad de vender nuestros productos y servicios en otros países, como apunta una encuesta realizada por el Col.legi d'Enginyers Industrials de Catalunya ¿Qué lógica tienen unas universidades o unos institutos de formación profesional de los que salen titulados que no se adecuan a las necesidades del mercado laboral? Algo no funciona cuando las empresas deben contratar a personas sobrecualificadas para el empleo que ocupan o a infracualificadas, simplemente porque no encuentran al personal con las habilidades propias del puesto que han de desempeñar. Tenemos un problema: La oferta de profesionales poco tiene que ver con la demanda. El gobierno de Catalunya ha planteado una reforma del sistema educativo que introduce o, al emnos trata de hacerlo, criterios como una mejor cualificación de los profesores o la profesionalización de los centros de enseñanza. Ya ha tropezado con las primeras murallas constituidas esencialmente por intereses legítimos, pero corporativos. La iniciativa puede acabar plagada de enmiendas para contentar y calmar a unos y otros que desvirtúen sus objetivos y, de ser así, acabará como una ley más --y van muchas--, pero no como una reforma que empieza a ser realmente urgente. No en vano, las sociedades con el capital humano mejor preparado son aquellas que no solo crecen , sino que prosperan y que cuentan, a su vez, con mejores niveles de vida y bienestar.