lunes, 14 de julio de 2008

Todo lo que sube


Todo lo que sube, baja. Es una ley elemental de la física. La caída de Martinsa Fadesa era cuestión de tiempo. Y es un indicador de por dónde van las cosas en el mundo de ladrillo. El concurso voluntario de acreedores, que España se acostumbra a presentar para salvar el pellejo de directivos y siempre cuando la empresa afectada está a un paso de la quiebra, es un termómetro de la situación del sector inmobiliario. Con ingentes cantidades de deuda y una generación de recursos que apenas da para pagar intereses --por su puesto ni un euro de amortización de capital-- ¿qué esperábamos? Todos los grandes excesos se purgan. Y también en la economía. Martinsa Fadesa, fruto de un boom que nubló la vista a más de uno, se cobra sus víctimas. Y cuando estas víctimas ganaban mucho dinero a partir de endeudarse y esperando que la tendencia alcista hiciera el resto, aquí tenemos el resultado: Todo lo que sube... baja. Y si son ladrillos, no veas.