Todo lo que sube, baja. Es una ley elemental de la física. La caída de Martinsa Fadesa era cuestión de tiempo. Y es un indicador de por dónde van las cosas en el mundo de ladrillo. El concurso voluntario de acreedores, que España se acostumbra a presentar para salvar el pellejo de directivos y siempre cuando la empresa afectada está a un paso de la quiebra, es un termómetro de la situación del sector inmobiliario. Con ingentes cantidades de deuda y una generación de recursos que apenas da para pagar intereses --por su puesto ni un euro de amortización de capital-- ¿qué esperábamos? Todos los grandes excesos se purgan. Y también en la economía. Martinsa Fadesa, fruto de un boom que nubló la vista a más de uno, se cobra sus víctimas. Y cuando estas víctimas ganaban mucho dinero a partir de endeudarse y esperando que la tendencia alcista hiciera el resto, aquí tenemos el resultado: Todo lo que sube... baja. Y si son ladrillos, no veas.
lunes, 14 de julio de 2008
Todo lo que sube
Todo lo que sube, baja. Es una ley elemental de la física. La caída de Martinsa Fadesa era cuestión de tiempo. Y es un indicador de por dónde van las cosas en el mundo de ladrillo. El concurso voluntario de acreedores, que España se acostumbra a presentar para salvar el pellejo de directivos y siempre cuando la empresa afectada está a un paso de la quiebra, es un termómetro de la situación del sector inmobiliario. Con ingentes cantidades de deuda y una generación de recursos que apenas da para pagar intereses --por su puesto ni un euro de amortización de capital-- ¿qué esperábamos? Todos los grandes excesos se purgan. Y también en la economía. Martinsa Fadesa, fruto de un boom que nubló la vista a más de uno, se cobra sus víctimas. Y cuando estas víctimas ganaban mucho dinero a partir de endeudarse y esperando que la tendencia alcista hiciera el resto, aquí tenemos el resultado: Todo lo que sube... baja. Y si son ladrillos, no veas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)