lunes, 21 de febrero de 2011

La 'i' pequeña de la innovación

Está visto que la investigación y el desarrollo (I+D) son glamurosos. A los políticos les encanta hablar de la necesidad de potenciarla. Y a quién no. Supone una palanca para el crecimiento, y más cuando una economía está en crisis; pero requiere tiempo y una apuesta constante de los que carecemos. Por lo tanto, seamos prácticos. Un potente empresario, de los más ricos de este país, me decía el otro día: "En I+D tenemos poco que hacer. Lo nuestro tiene que ser la i pequeña de la I+D+i, es decir, la innovación. Ahí, por nuestra creatividad, podemos dar la batalla". Aunque parezca una claudicación, es una realidad. Es en este tipo de pequeñas grandes cosas en las que tenemos que centrarnos. Lo recuerda Tom Peters en su último libro Las pequeñas grandes cosas. En ese terreno, dominado por el sentido común, es en el que hemos de perseverar. E innovación no significa solo enfundarse una bata blanca y ensayar con probetas, que también; sino mejorar procesos, hacer cosas mejor o hacerlas de forma diferente, más atractiva y práctica o eficiente. Existen probadas muestras de que sabemos innovar incluso en la forma cómo se produce, distribuye y vende la ropa: Zara o Mango, entre otras. Y eso puede trasladarse a otros muchos terrenos, desde las biotecnología hasta la agroindustria. Ese es un camino básico no solo para avanzar sino para progresar.