martes, 7 de septiembre de 2010

Innovación y progreso

A muchos les parece que el trabajo que no se ve a primera vista --como el relacionado con el conocimiento-- carece de valor. Error, error, error, craso error. Y más error. Pocas cosas existen con mayor potencial que la capacidad de innovar. Y eso no significa solo vestirse con una bata blanca y experimentar sino que significa mejorar procesos, producir mejor, con una mayor efectividad. Cualquier intento en este sentido y basado en el munod e la creatividad y de las ideas es bueno, como el curso que empieza hoy en Harvard con cocineros españoles y del que la escuela de negocios Esade espera extraer conclusiones de cara a mejorar la capacidad de innovación de las empresas de otros sectores. Si unos cocineros, con empresas que más que grandes son pymes, son capaces de hacerlo ¿por qué no han de poder hacerlo otro tipo de compañías?, se pregunta la profesora de Esade, Silviya Esvejenova. Y yo también me lo pregunto. Si algo nos hace falta hoy es eso. Y más si aspiramos a cambiar de modelo productivo y, más que crecer, a progresar, porque eso, a la larga, es lo que hace que vivamos mejor que nuestros progrenitores.