lunes, 23 de septiembre de 2013

Pensiones y eufemismos

Pues bien, resulta que el Gobierno no recortará las pensiones sino que toma medidas para ahorrar. Eso asegura ¿Eufemismo? Más bien. Según la memoria económica del proyecto de reforma, la Seguridad Social dejará de pagar unos 33.000 millones del 2014 al 2022 porque el alza de las prestaciones de jubilación ya no estará ligada al IPC desde el 2014 y porque el importe de la pensión se vinculará a la esperanza de vida del beneficiario a partir del 2019. El aumento estará por debajo del coste de la vida durante los años en los que el sistema esté en déficit y se crezca poco, es decir, los más próximos, como mínimo. Un ejemplo. Supongamos que la prestación es de 1.000 euros (mucho suponer). Si se sube el 0,25%, como prevé el Gobierno en sus proyecciones, en cuatro años será de 1.030 euros. Si el aumento fuera vinculado a la inflación media del 1% prevista para ese periodo, el resultado serían 1.040. En resumen, se quedan 10 euros por el camino. Y eso siendo muy conservadores en los cálculos. Lo que se deja de ingresar es mayor cuanto más alta sea la inflación. Ciertamente la cifra nominal no baja (si se parte de 1.000, la pensión ya no se situará por debajo de esa cifra), pero los precios subirán --por poco que sea-- más que los ingresos de los jubilados ¿Es esa una buena solución para los jubilados? Llámenme malpensado, pero me temo que la jugada también servirá para que quienes están aún en activo, por temor, recurran a los planes de pensiones privados que ofrecen las entidades financieras. Como vemos desde que estalló la crisis, la banca también necesita una ayudita.