jueves, 30 de septiembre de 2010

Huelga, teatro y desenlace

El 29-S ya ha pasado. Cada actor ha hecho su papel en esta costosa obra de teatro ¿Se puede hablar de ganadores y perdedores? Dicho así, creo que no. Creo que no es un triunfo paralizar lo que ya se daba por paralizable --aquellos ámbitos en los que los sindicatos tienen mayor poder de convicción o coacción-- ¿Conclusión? Una huelga estilo pataleta que poco ha de servir para corregir los problemas que tiene el mercado laboral español, como seguramente tampoco los solventará la reforma aprobada no solo por el Gobierno sino por el Congreso de los Diputados. Y que tampoco nos sacará de la crisis, por supuesto. Una vez que las centrales sindicales mayoritarias se han justificado ante unas bases y unos asalariados y autónomos desconcertados, atónicos y cabreados, con cierta condescendencia por parte del Gobierno, ha de llegar el siguiente acto de esta monumental función: pactar alguna medida de calado en la que también tienen que participar los empresarios, pero los de verdad, una patronal renovada, más creíble. No hay que olvidar que tanto los sindicatos como los patronos son en cierta medida corresponsables de la situación en la que nos encontramos, tras unos años de silencios y cierta connivencia con la política del Gobierno. Llegados al punto actual, seguro que el desenlace de esta función llegará tras el capítulo de la huelga. El país y sus más de cuatro millones de espectadores que actúan en forma de parados, lo necesitan, créanme.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Innovación buena e innovación ¿mala?

La innovación es buena ¿quién lo duda? Pero no todo vale en nombre de ella. Como afirma Nouriel Roubini en su último libro Cómo salimos de ésta (Ediciones Destino, Barcelona 2010), tras la crisis que vivimos
y que, en el otoño del 2008 estuvo a punto de desplomarnos por un precipicio que por el momento parece que hemos evitado, se encuentra la innovación. En todas las épocas se han disparado los precios de determinados activos al calor de mejoras e innovaciones. Sucedió con el ferrocarril en el siglo XIX o con la burbuja de las empresas puntocom no hace ni siquiera 10 años. Tras una etapa de euforia colectiva y subidas astronómicas de precios, desaparecieron cantidades ingentes de empresas, pero otros sobrevivieron o dieron paso a proyectos más sólidos a la vez que las cotizaciones en los mercados recobraban cierta cordura a costa de atrapar a miles de inversores, como explica Charles P. Kindleberger en su ya clásico Manías, pánicos y cracks. Pese a la crisis y la criba de empresas consiguiente, siempre han quedado mejoras como herencia. En cambio en la crisis que vivimos hoy ¿qué ha quedado? Todo estalló por el uso abusivo de innovaciones financieras a partir del endeudamiento para adquirir inmuebles, hinchadas con deuda y más deuda. ¿Qué ha dejado todo ello? Pues pocos avances a diferencia de otras etapas históricas, ya que las supuestas mejoras en el sector financiero no eran más que una burbuja especulativa. Y más que mejoras, han dejado como herencia miles de millones de pasivos en los bancos y en la economía en su conjunto. Es por eso que podemos afirmar con rotundidad que existen innovaciones buenas que, son, por otra parte, imprescindibles para el progreso, pero otras que tal vez no son perniciosas por sí mismas, pero sí que pueden llegar a serlo por el uso que se les da.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Impuestos, ricos y pobres

¿Es rica una persona que ingresa más de 120.000 euros al año? Creo poder afirmar con rotundidad que no es pobre, aunque ¿se le puede considerar rico? El Gobierno está convencido de haber hallado un filón en ese nivel de rentas, pero no por su cantidad (apenas son el 0,8% de todos los contribuyentes y suman la décima parte de la recaudación total), si no en términos de imagen. Porque, no nos engañemos, ese es el objetivo: El Gobierno socialista también hace pagar su parte de factura para superar la crisis a quienes más ganan. Y lo anuncia además apenas unos días antes de la huelga general del 29-S. Además la factura de este colectivo podrá llegar incluso al 51%, por ejemplo en Catalunya. Pero ¿son esos los ricos? Me temo que no, que los ricos de verdad no los encontraremos en el IRPF. Tienen mecanismos más que suficientes en el sistema fiscal legal para no estar o incluso para reservar tranquilamente su dinero en otros países. La idea que que pague más quien más tiene (progresividad) es tan antigua como el impuesto sobre la renta, como también lo es la costumbre de que quienes más tienen busquen vías para aligerar su carga tributaria. Y eso no cambiará de la noche a la mañana. No sé si esta medida prevista por el Gobierno provocará una pérdida o fuga de talentos como advierte en un informe el BBVA al hacer la coparación con la tributación en otros países vecinos; pero seguro que no permitirá eliminar el déficit público, el paro y otros males que nos afectan. La puedo entender como guiño a la mayoría y herramienta de marketing para tratar de demostrar que cada palo aguanta su vela para salir de la crisis. Pero, de ser así, ¿no hubiera sido mejor y más comprensible haber tomado esta decisión ya hace meses, como hicieron otros países como el Reino Unido, y también hacerlo antes de subir el IVA, un impuesto que castiga más esencialmente a quienes menos tienen? Como afirma el catadrático Guillem López Casasnovas, es una política fiscal de "más de lo mismo", de perseguir más a quien ya declara que a quien no lo hace. Porque los cierto es que sería mucho más justo, democrático y social incidir en el recorte de gastos superfluos y accesorios, aumentar la eficiencia en la gestión de dinero de los contribuyentes y redoblar los esfuerzos en combatir el gran fraude.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Una huelga y dos derechos

Estamos prácticamente en la antesala de la huelga general del
29-S. Los sindicatos se juegan mucho en esta apuesta, por lo que seguro que desplegarán todos sus esfuerzos para que la convocatoria resulte un éxito o para que al menos lo aparente. También el Gobierno se la juega con este pulso. Por todo ello, el cruce de informaciones y rumores no cesa: que si es un paro injusto e injustificable, dicen unos; que si ha de servir para que el Gobierno cambie su política económica, dicen otros. Lo cierto es que no hay una verdad absoluta ni seguramente habrá un resultado con una única lectura.
El 29-S, dos derechos lucharán por la igualdad de oportunidades: el de quienes quieren llevar a cabo la huelga y el de aquellos que no quieren hacerla. Unos y otros deben ser conscientes de que la libertad de unos acaba donde empieza la de los otros. Las centrales sindicales están en su derecho de movilizar, pero también tienen derechos quienes son contrarios a entrar en el juego de unas organizaciones que parecen mantener una estrategia consistente en justificarse a sí mismas. Ante todo ello es preciso exigir ni los patronos jueguen a imponer el miedo de sus empleados --de todo hay en la viña del Señor-- ni que los sindicatos, acuciados por la necesidad de paralizar transportes y servicios, empleen a los piquetes más para intimidar que para informar.

martes, 21 de septiembre de 2010

Twitter también falla

Ojo porque Twitter también falla. Eso no lo desacredita, pero demuestra que, en el mundo de la tecnología, también hay que tomar precauciones. No son infalibles. Los hackers o piratas informáticos no paran de ingeniárselas, así que hay que ser cauto. Eso no hace más que demostrar que hace falta invertir para mejorar sistemas y redes de seguridad. No significa, ni mucho menos, que haya que abandonar la tecnologías ni relegarlas a un segundo plano, ni dejar de apostar por los nuevos modelos de negocio que facilita internet. Ni mucho menos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

EEUU sin recesión

La recesión acabó en EEUU. Y lo hizo en junio del año pasado, según han determinado los expertos que se dedican a ello en la primer potencia mundial. Bienvenida sea la noticia, aunque se tan tarde. No sé si el presidente, Barack Obama, lo ve tan claro. Mientras que el desempleo siga en las cotas en las que está ¿se puede hablar de que ha acabado la crisis? Lo dice ya hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI): Los grandes indicadores pueden decir lo que quieran, pero el desempleo persiste y dibuja una cruda realidad social. Mientras que así sea, poco motivo tenemos para celebrar el final técnico de la recesión.

Escuelas y negocios

Barcelona cuenta, no con dos sino con tres escuelas de negocios en el ranking de master of bunsiness administration (MBA) que elabora The Economist. Se trata de IESE, de la Universidad de Navarra (Opus Dei); ESADE, vinculada a los jesuítas; y EADA. Unas más arriba que otras, pero lo importante es que estas cincuentenarios centros de formación están ahí y cuentan con fama internacional. Son piezas fundamentales, aunqe no únicas, de un puzzle para estimular y potenciar un nuevo modelo productivo, que es algo que necesita la economía catalana y española. Pero eso siempre que no se limiten solo a replicar la cultura empresarial predominante. Es preciso que sean algo transgresoras y que potencien la innovación y la emprendeduría, tamizada con ciertas dosis de ética o de conciencia social, mucho más que la formación de gestores preocupados esencialmente de sus bonus, sus opciones sobre acciones y otras ventajas retributivas que mucho tienen que ver con los orígenes de la crisis que vivimos en la actualidad.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

De Lehman Brothers a la huelga general

Todo comenzó con la caída de Lehman Brothers
hoy hace dos años. Desde el desplome de ese banco de inversión de EEUU y el consiguiente terremoto financiero mundial han pasado muchas cosas. La primera, los planes de salvación con dinero de todos los contribuyentes para bancos y entidades financieras que arriesgaron en exceso. Ya estamos los demás para pagar la factura. Hoy, dos años más tarde, el paro es el protagonista. Y parece que lo seguirá siendo durante mucho tiempo, según vaticinan incluso organismos a los que nunca antes parecía haberles importado este problema, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero las cotas de desempleo pueden incluso poner en peligro el sistema. Y eso ya es otra cosa. Lo cierto es que ya hace meses que el empleo no funcionaba. Pero es ahora --bueno, con unos meses de margen-- cuando los sindicatos han decidido convocar una huelga general, el 29-S ¿Es oportuna? Aunque el cuerpo o el corazón puedan decir que sí inicialmente porque todos nos oponemos a cualquier recorte de derechos sociales, lo que tiene que primar es el cerebro, la razón. Este paro no es oportuno. No es más que una maniobra cosmética y estratégica de los sindicatos para marcar distancias con el poder. Pero ellos son también poder, son sistema. No pueden negarlo. Son muchos años de connivencia, de formar parte del marco institucional, de, como alguna vez ha dicho el expresidente Felipe González (dichosos políticos que solo dicen lo que piensan cuando dejan la batuta), la "torta corporativa"que constituyen los políticos, los sindicatos y la patronales. ¿Hemos de seguir la mayoría las pautas que nos marcan unas organizaciones que, llegados a este punto y a pesar de tener un papel innegable, no persiguen esta vez más que justificar su propia existencia?

martes, 7 de septiembre de 2010

Innovación y progreso

A muchos les parece que el trabajo que no se ve a primera vista --como el relacionado con el conocimiento-- carece de valor. Error, error, error, craso error. Y más error. Pocas cosas existen con mayor potencial que la capacidad de innovar. Y eso no significa solo vestirse con una bata blanca y experimentar sino que significa mejorar procesos, producir mejor, con una mayor efectividad. Cualquier intento en este sentido y basado en el munod e la creatividad y de las ideas es bueno, como el curso que empieza hoy en Harvard con cocineros españoles y del que la escuela de negocios Esade espera extraer conclusiones de cara a mejorar la capacidad de innovación de las empresas de otros sectores. Si unos cocineros, con empresas que más que grandes son pymes, son capaces de hacerlo ¿por qué no han de poder hacerlo otro tipo de compañías?, se pregunta la profesora de Esade, Silviya Esvejenova. Y yo también me lo pregunto. Si algo nos hace falta hoy es eso. Y más si aspiramos a cambiar de modelo productivo y, más que crecer, a progresar, porque eso, a la larga, es lo que hace que vivamos mejor que nuestros progrenitores.