martes, 10 de mayo de 2011

Política industrial y chantaje

No todo vale. Y menos en política industrial que, al final, se hace con el dinero de todos. Es penoso y lamentable que las industrias y las empresas no accedan al crédito y ni siquiera a los avales. Pero no se puede recurrir a la presión, como ha hecho Ossa: "O me dejan dinero o me voy con la fábrica a otra comunidad autónoma", afirma este pequeño productor de apenas 1.000 motos anuales (¡Quién ha visto al clúster de dos ruedas catalán y quién lo ve ahora tras el anuncio de cierres de Yamaha o Derbi!). Es un estilo reprochable con intenso aroma a chantaje y presión a un Gobierno angustiado por el auge descontrolado del paro. Como también es condenable --aún más, si cabe-- Ryanair, que amenaza con marcharse de España si no le quitan las multas que le han impuesto. A la industria hay que mimarla, lograr retenerla para que haga negocio para crear empleo, pero con otros medios. No todo vale. Por eso tampoco se entiende que las Administraciones faciliten financiación o crédito a unos proyectos empresariales (Spanair, por ejemplo) y no a otros solo con argumentos más patrióticos que económicos ¿Cuál es el criterio? Y todo ello es aún más reprochable porque se paga con el dinero de todos y que, mientras que algunos pretenden subsistir con cargo al erario público, otros muchos se buscan la vida, se quedan en el paro, hipotecan sus casas o se venden el negocio para poder comer.

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